Fueron 37 años de muchas experiencias, buenas y malas, de compartir vestidores con las leyendas del equipo, de preparar las piernas de esos héroes que en la cancha dejaron legado, de convivir y aprender de entrenadores que marcaron su huella en la institución, pero sobre todo, fueron más de tres décadas y media de trabajar con pasión.
Es Juan Martínez, quien vivió muy de cerca cada una de las historias que se escribieron en el Club Deportivo Toluca, primero en trabajos de utilería, después como masajista.
Han pasado los años y él sigue casi igual a ese hombre delgado y de bigote que sale en todas las fotografías anuales del equipo Toluca desde 1975 hasta 2012, un personaje constante en el club que lo mismo convivió con los campeones de 1975, los monarcas de Copa de 1989, los tricampeones de 1998, 1999 y 2000.
También fue parte de ese equipo que arrasó la liga en 2002, del campeonato de 2005 en Monterrey y de los títulos de 2008 y 2010. Prácticamente se convirtió en el talismán del equipo, pues por coincidencia o destino, desde que no está en la institución, el equipo dejó de ganar trofeos.
“Toda una vida, todavía alcancé la generación de jugadores del tercer campeonato, ya después seguimos en el club hasta el 2012 que me dieron las gracias. Son bonitas esas épocas, te marcan mucho, ser agraciado de haber estado en esa época es muy gratificante”, rememora, mientras observa las fotografías que tiene en su sala de recuerdos.
Debutó en el azteca
Como no tomarlo como amuleto del club si desde el primer día en que llegó a la institución le dio suerte al equipo. Tenía 14 años, recomendado por el delantero ecuatoriano, Ítalo Estupiñán, se integró como utilero de las Reservas, pero ese primer día lo integraron a la plantilla del primer equipo que visitó a Cruz Azul en el Estadio Azteca, los choriceros ganaron 1-0. Después de unas semanas en el equipo de Reservas, Juan subió al primer equipo, donde comenzó su trayectoria, de inicio como utilero, después, como masajista.
“Llegó al primer equipo por medio del Ruso Estrada, que estaba como gerente y me subió a trabajar como utilero, ya después fui estudiando y capacitando para subir el siguiente peldaño, que para mí era ser masajista”.
Hizo cursos, leyó cuanto libro le prestaron sobre masajes a deportistas y siempre se apoyó en los consejos del médico del equipo, José Luis Serrano, hasta que en 1988, se integró al grupo de masajistas delos Diablos Rojos.Recuerdos
Como parte de esos siete títulos de liga que consiguió Toluca, Juan Martínez tiene infinidad de anécdotas, las cuales recuerda con mucho entusiasmo, como si apenas hubieran sucedido.
“Recuerdo que no todo fue bonito, estuvimos arrastrando las cobijas en el Prode México 86, que si hubiera habido descenso Toluca hubiera descendido, pero de ahí empezaron a levantar al equipo. Después ya viene la época de oro, que no creo que algún equipo tenga una época como esa, con siete campeonatos”.
También fue un cúmulo de amistades que le dejaron mucho aprendizaje.
“De quien tengo muchas enseñanzas es de Roberto Matosas y Enrique Meza como entrenadores, el Tolo (Gallego) a pesar de su carácter te dan muchas enseñanzas. Jugadores muchos, cuando eres una persona bien el jugador te quiere, en general creo que fuimos bien queridos”.
El adiós
Quizá la etapa más triste de Juan Martínez en los Diablos fue cuando llegó el momento de decir adiós, y no porque quisiera ser eterno en el club, sino porque fue repentino, sin explicaciones, solo cortaron de tajo toda una vida de trabajo.
Han pasado 12 años de esa salida y todavía le genera melancolía, de hecho no ha querido regresar ni siquiera al estadio a ver al equipo, solo lo hizo hace unos meses, cuando le tocó ahí el refuerzo de su vacuna.
“Regresé y me sorprendió las modificaciones que tiene. Llegas, se abren el portón y vez todo. Es añoranza porque te abren el portón y dices aquí estuve 37 años, toda una vida”, relata mientras que sus ojos se cristalizan y la voz se le quiebra.
Pese a todo y después de todo, Juan Martínez sigue siendo muy Diablo, de lejos, pero con una agradecimiento enorme para un club que le dio todo.
“En las buenas y en las malas con el Toluca, con la institución. Le tengo mucho agradecimiento, al señor Jesús Fernández, que en paz descanse; al señor Valentín (Diez), a su papá, personas que tengo esos recuerdos muy grandes de ellos”
BAFG