Una vez más, los protagonistas de la Serie Mundial están empatados 1-1 al comenzar el Juego 3. En los 116 Clásicos de Otoño anteriores esto se presentó en 59 ocasiones... en 29 de ellas ganó el título el equipo que se impuso en el Juego 1 (como ahora hicieron los Dodgers) y en 30 el que conquistó el segundo (como es el caso de los Rays), por tanto, es correcto concluir que nada está decidido.
Y menos cuando se adentra en los detalles. Dodgers sigue siendo el favorito por su impresionante lineup, el cual le bateó 10 imparables en el Juego 1 al pitcheo de los Rays; no obstante, para el Juego 2 este último contuvo sin imparables a Mookie Betts, Max Muncy y Cody Bellinger y con ello terminó llevándose la victoria.
Sus contrapartes, los serpentineros de Los Angeles y los maderos de Tampa Bay, también han tenido encuentros contrastantes, el primero secando por completo a la ofensiva de los campeones de la Americana (y sobre todo a Randy Arozarena) en el Juego 1, pero batallando mucho para repetirlo en el Juego 2. De hecho, el que Brandon Lowe, su mejor bate durante la temporada regular, haya despertado es tan motivante para los Rays como debe ser preocupante para los Dodgers.
Los primeros dos encuentros del Clásico de Otoño explican perfectamente por qué estos dos equipos terminaron con las mejores marcas esta temporada: ambos saben ganar y son difíciles de vencer. Y con esa premisa solo hay algo seguro a partir de ahora: emociones.
Para el Juego 3, las efectividades en Clásico de Otoño de los abridores Walker Buehler (Dodgers) y Charlie Morton (Rays) están ubicadas entre las mejores de todos los tiempos en esta instacia, lo cual promete un encuentro extraordinario.
Y los mexicanos aportarán su sazón: Randy Arozarena está a un hit de convertirse en el novato con más imparables en un playoff en la historia; Víctor González ha lanzado en todos los juegos de esta serie; Julio Urías está confirmado para abrir el Juego 4.
La última vez que Rays estuvo en un Clásico estuvo 1-1 y luego fue barrido por los Philadelphia Pillies, que terminaron ganando aquella Serie Mundial de 2008 por 4 a 1; la última que Dodgers estuvo 1-1 (en 2017) terminó perdiendo la serie en 7 juegos ante los Houston Astros... y de hecho, en total la novena angelina ha estado en esa situación en ocho ocasiones y su marca en ellas es 1-7 (la única vez que pudo ganar fue en 1959, ante los Chicago White Sox). Pero este año algo es seguro: uno de los dos terminará con un buen recuerdo.