Eva voltea hacia el trofeo. “No lo había visto bien”, confiesa mientras lo mira de manera minuciosa justo donde viene la leyenda ‘Monterrey’.
Ha sido un día intenso para Espejo Pinzón. Una entrevista tras otra y siempre con una sonrisa semejante a la de ‘Mona Lisa’. Ella es la técnica que hizo historia y que se niega a dar por satisfecha. Porque la estratega sueña con dejar algo más que solo una estrella en el escudo de Rayadas, sueña que su sello se note a donde quiera que vayan quienes fueron sus discípulas.
Te levantas y miras al espejo, ¿qué ves, Eva?
A una mujer ambiciosa, una mujer, una buena persona que ambiciona cosas grandes.
¿Es el mismo reflejo de hace cinco años?
No. Es un mundo de experiencia que he ganado en horas de vuelo, que solo se generan dentro de la cancha con diferentes escenarios, con diferentes circunstancias que resolver. La Eva de hace cinco años no es la misma de ahora.
¿Es fácil ser Eva Espejo?
Pues yo digo que sí (risas). Mejor pregúntenle a la gente si es fácil convivir conmigo. Por momentos es fácil; ha habido momentos realmente duros en donde dudé de poder seguir en el futbol, pero, en general, siempre soy muy sonriente, muy positiva, muy echada para adelante y eso me ha dado la estabilidad para seguir adelante.
Alcanzaste tu Everest, ¿qué sigue?
Siempre cuando uno consigue un objetivo, tiene que mover la zanahoria del lugar, tiene que volver a poner un reto enfrente y soy una mujer que busca constantemente capacitarse y también mantener los pies en la tierra, siempre pensando que uno hoy está en este lugar, pero también en otro y tiene que estar preparado para todas las circunstancias.
¿Ahora buscarán que el hincha rayado apoye más a las Rayadas?
Vamos en el camino correcto. La gente también se ha identificado con este título, en donde las Rayadas dan un manotazo en la mesa y ‘aquí estamos’ y ‘nos hemos puesto al corriente’, y eso viene muy bien y de eso se trata el legado. El legado no se construye en un día, se construye durante años o sobre un largo tiempo pensando justamente en identificar y generar este vínculo con la afición.
¿Cómo forjar una dinastía?
Primero teniendo claro que no hay un único rival a vencer, sino teniendo muy claro quiénes son las Rayadas, qué buscan, quiénes son, teniendo una identidad… a mí me gusta pensar que, si un día una de mis jugadoras va a otro lugar y la vean jugar digan ‘este es el sello de las Rayadas’, y que se identifique qué es lo que buscamos y construirlo a diario.
¿Y quiénes son las Rayadas?
Las Rayadas son un equipo ambicioso, competitivo, un equipo disciplinado, respetuoso, pero también uno que entiende que la fortaleza de sus capacidades no está solamente en las individualidades, sino en lo colectivo.
¿Sueñas con dirigir en Liga de hombres?
Mi sueño inició así, dirigiendo a los Pumas de la Universidad, pero mis caminos se han ido por otro rumbo. He encontrado en el camino otras ambiciones y otras cosas, pero me encantaría que existiera un puente, creo que existe más construido de varonil a femenil, pero lo que sería un sueño para mí es dejar de hablar de hombres y mujeres, y que hablemos de capacidades. El futbol no tiene género y eso para mí sería lo importante.