El gobierno alemán reprobó hoy la acción de Greenpeace que acabó en accidente cuando un activista de esa ONG medioambiental perdió el control al intentar lanzar ayer un gran balón amarillo sobre el estadio Allianz Arena de Múnich y cayó con su paracaídas en el campo de juego.
"Fue una acción irresponsable que puso a personas en gran peligro y de la que gracias a Dios todos salieron más o menos bien parados, lo cual es un alivio, pero no cambia nada de lo ocurrido", dijo el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
Agregó que los responsables debería "cuestionar de manera autocrítica" este tipo de acciones que buscan "la máxima publicidad a través del máximo espectáculo" y que "llevan a situaciones de potencial peligro público".
Matizó que estas declaraciones "no tienen nada que ver con el contenido" de la protesta, pero que la acción debe ser juzgada de esta manera, "independientemente del objetivo que perseguía".
En la caída del activista en el campo de juego poco antes de comenzar el partido Francia-Alemania de la Eurocopa resultó herido leve un responsable de la iluminación, que tuvo que ser atendido por personal sanitario, según informó la televisión alemana en su momento.
El hombre fue detenido por la policía
En tanto, un portavoz del Ministerio del Interior, preguntado por las dudas respecto a la seguridad en los estadios que puede haber despertado esta acción, señaló que compete ahora a las autoridades regionales evaluar la situación.
Greenpeace quería protestar con esa acción contra el consorcio automovilístico VW, uno de los patrocinadores de la Eurocopa.
En mensajes de Twitter, Greenpeace instó a VW a dejar de vender coches con motores de combustión que perjudican el clima y el medio ambiente.
GFR.