¿Qué tan importante es La Afición? Para José Jaramillo y Pilar Quezada, su afecto por el primer diario deportivo de México es enorme y se debe a que este trabajo el que les permitió conocerse y hacer su vida juntos.
Pepe, como le dicen de forma afectuosa, llegó a la Lechuguita en 1979 como ayudante de talleres y office boy, encargado de todo lo que hiciera falta en la redacción. Un año después, se le abrió la oportunidad de sumarse como reportero en deporte amateur, enfocándose en disciplinas como remo, canotaje, voleibol, judo y karate, aunque también cubrió futbol americano de la NFL y la NBA.
"Fueron experiencias muy agradables, entrevistando a personajes deportivos. Llegué a hacer entrevistas y coberturas de deportes que comúnmente no reporteaba, como boxeo y beisbol, porque como dicen, teníamos que hacer ajonjolí de todos los moles, debíamos entrarle a todo. Fueron diez años en los que conviví con muchos personajes como el señor Jorge Bermejo García, en ese entonces subdirector deportivo, o también con Jorge Che Ventura", recordó con cariño.
Pilar entró en 1986, cuando apenas cursaba el segundo semestre de la carrera de periodismo. Su experiencia en el periódico le permitió hacer coberturas en Tampico, Veracruz, Baja California y muchos otros sitios del país, así como dedicarse a las notas de color de eventos de gran nivel como el Gran Premio de México de Fórmula 1, sin olvidarse de las amistades duraderas como con Jorge Bermejo, quien fuera subdirector de La Afición y con quien mantienen una gran relación. Pero sobre todo, la vida los juntó en 1986.
"Nos conocimos porque llegué a la misma sección, entré como ayudante sin goce de sueldo, únicamente me daban una ayuda. Al año fueron los Juegos Panamericanos de Indianápolis y me dieron un trabajo de planta para las guardias. Se dio la relación y en 1989 nos casamos", recuerda Pilar. "Me gustó mucho el detalle de los compañeros que hicieron la reseña de nuestra boda en el periódico, también nos acompañaron y es una bonita anécdota. Cumpliremos 37 años de casados en febrero".
Su estancia en La Afición pudo ser mayor, pero fue en 1990 tras los Juegos Centroamericanos y del Caribe de la Ciudad de México que se enteraron de que esperaban una hija, por lo que ambos tomaron la decisión de ejercer sus carreras como profesores y dedicarle todo el tiempo posible a su naciente familia. Ella recuerda muy bien a muchas de sus compañeras, como Alma Rosa Conde o María Eugenia Jiménez, parte de las mujeres que forman parte fundamental de la historia de La Afición. "Éramos como una como una pequeña hermandad, yo lo sentí así".