Damián Zamogilny, quien hoy es comentarista de futbol, es recordado en las canchas del futbol mexicano por ser un futbolista recio, aguerrido y fuerte, características que adoptó gracias a lo que vivió a su llegada a México, pues le prometieron jugar en Primera División, con el León, algo que no sucedió y por lo cual pasó hambres lejos de casa.
“Llegué a León con la promesa de ganar mucho dinero. Tenía 21 años, saqué mi carta de liberación, sabiendo que yo llegaría a León. Estuve dos semanas en Cuernavaca, me trajo el Capitán Rodríguez que fue dueño de Colibríes y tenía relación con Zermeño porque hacían los viajes con su aerolínea. Hice 15 días de pretemporada y me dicen que no me voy a quedar, yo dejé Argentina, mi club con conflictos, tenía clubes allá de ascenso porque no era conocido. No jugué en León, comí de maravilla 15 días en la pretemporada y después me fue muy mal, no tenía para comer y conocí al papá de Duilio Davino, el Tarzán y me abrió su restaurante para ir a comer todos los días, era mi única comida al día. Mi papá no quería que viniera y me afectó cuando pasó todo esto, pero me fajé, me cagué de hambre para triunfar acá. Después conocí a una chava que daba cereales de promoción y todos los días pasaba y me comía como cinco y me iba a entrenar, dos semanas eternas”, mencionó El Ruso en entrevista con Toño De Valdés.
El camino de Damián comenzó a cambiar cuando Querétaro le echó el ojo, pues luego de pasar las pruebas comenzó a comer tres veces al día en la casa club. Tras su paso por Halcones de Querétaro, filial de Gallos, emigró a San Luis en Primera A, pero fue "cepillado" una vez que los potosinos ascendieron
El Ruso no solo fue "Cepillado de los equipos, si no también del país, pero su afán de jugar en México en Primera lo llevó a vivir debajo de unas escaleras y comenzar desde la talacha.
“Quitaron las plazas de extranjero en segunda y me quedé sin jugar, no pude renovar mi visa y tuve que salir, me fui a Guatemala, después regresé y busqué una renta muy económica y encontré una de 2 mil 500 pesos y vivía debajo de una escalera por dos meses con una cama y un baño. Pasó un año y yo seguía entrenando y no conseguí nada, salí del país para mantener mi visa de turista y me metí al mundo de la talacha, me invitaban a jugar, me daban 200 pesos, luego 500, ya viéndome jugar me daban mil y se peleaban por mí y llegó un momento que me iba a jugar a Cuautla y me daban 7 mil pesos más los viajes, eso era maravilloso, mi mira fue siempre Primera División, la talacha no la vi como una forma de vida, yo seguía haciendo mi vida como profesional, entrenaba, jugaba, hacía regenerativo, iba al gimnasio, cuando me rescató Puebla ya había probado en 12 equipos, primero Chelís me había dicho que no y después recapacitó y llevó, llegué una semana antes de iniciar el torneo, estaba impecable físicamente”, agregó.
Damián contó como fue que llegó al Puebla
“Yo andaba en la talacha, fui a jugar a Cuernavaca y me tocó marcar a un brasileño, me dijeron que jugaba muy bien y que si ganábamos porque era la final lo que quieras, me dijeron. El brasileño no la tocó en todo el partido y me habla Mauricio y me dice que si no me voy a jugar un torneo con ellos y le pasé mi número, le llamo al teléfono de su novia, y no me contestó, tres meses después me habló la chava que se peleó con Mauricio, me dijo que me vio jugar, que le gustó y que su papá estaba armando un equipo para ir a jugar contra el Puebla en el estadio Cuauhtémoc, el señor solo me ofrecía ir a jugar, no pagaban, yo solo quería mostrarme y ese Puebla que fue asesorado por Menotti, y le íbamos ganando 3-2 y termina y me preguntaron de dónde venía y les conté mi historia, con 26 años, con tres años en la talacha me contratan”. contó en la platica con el periodista deportivo.
Joan Sebastian, entre caballos y futbol
El Ruso, recordó que en sus inicios en el balompié mexicano perteneció al Real de la Plata, equipo que había comprado el ex intérprete y compositor, Joan Sebastian.
“Me fui a Guerrero a jugar a un equipo de Joan Sebastian. Él compró un equipo cuando tenía el problema del cáncer; no podía cantar, no podía moverse mucho y compró un par de equipos de segunda división y yo pasé de Halcones de Querétaro, hice pruebas y no se dio y me llamaron de ahí, me ofrecieron llegar al equipo que se llamaba Real de la Plata y convivimos un par de veces con Joan, una gran persona. Entrenábamos y vivíamos en Juliantla, en la casa de Joan, había hecho un hotel que nunca utilizó, estaba cerca de las caballerizas”, finalizó El Ruso.
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