Esta historia se remonta al lunes 19 de enero de 1981 cuando Muhammad Ali tenía 39 años y estaba cerca del retiro oficial. El temblor en sus manos ya había comenzado a cinco años de Thrilla in Manila, la pelea ante Joe Frazier que muchos creen terminó por perjudicar severamente su estado de salud.
Fue gracias al fotógrafo de Los Angeles Times, Boris Yaro, que esta historia se dio a conocer. El fotoperiodista había escuchado en la radio de un hombre de raza negra identificado después como “Joe” que estaba a punto de saltar desde nueve pisos. Al llegar a la escena pudo presenciar y capturar lo que sucedió. En jeans y sudadera, Joe llevaba amenazando con saltar desde hace horas, parecía estar confundido con estar en Vietnam y que lo iban a atrapar. “No soy bueno, voy a saltar”, le decía a la policía y psicóloga que intentaban ayudarlo desde una ventana cercana en el edificio.
Howard Bingham, quien era uno de los amigos cercanos de Ali, estaba en la escena y le llamó de inmediato ya que vivía cerca. La leyenda, que no es ningún secreto le gustaba jugar el papel de héroe y en muchas ocasiones lo cumplió, llegó manejando en sentido contrario su Rolls Royce con las luces intermitentes. Corrió y subió a la ventana conjunta para convencer a Joe de no saltar “eres mi hermano, te amo y no te puedo mentir”. Ali logró subirse por la salida de incendios y lo alcanzó, lo abrazó y lo ayudó a ingresar al edificio del cual salieron juntos y abrazados. Lo llevó él mismo al hospital después de pasar a la policía.
Si bien hasta aquí parecía la historia de un veterano de guerra, una semana después se dio a conocer que Joe solo tenía 21 años. Ali llegó a comentar que le iba a comprar ropa y lo iba a acompañar a su hogar en Michigan pero nunca se supo si eso sucedió.
ZZM