Rosy y Antonio se hicieron novios en el Revolución; ahora toda su familia es algodonera

Cupido no tiene fecha ni lugar especial para flechar, hasta en el beisbol suele andar, así como lo hizo con Rosy y Tony.

Familia algodonera. (Cortesía)
Alejandro Jiménez
Torreón, Coahuila /

Fue en el año 2010 cuando en el Estadio de la Revolución se conocieron Rosy Portillo y Antonio Gámez; tras unos años de noviazgo este amor llegó hasta el altar y ahora con dos hijas, continúan su amor entre las butacas de la casa del equipo guinda, son fieles seguidores y abonados de los Algodoneros desde entonces.

Cupido no tiene fecha ni lugar especial para flechar, hasta en el beisbol suele andar, así como lo hizo con Rosy y Tony, quienes además lucen siempre su pasión y entrega por los Algodoneros.

“Yo iba al estadio con mi hermana y un amigo en común nos presentó, ahí fue cuando conocí a Tony y comenzamos a salir, duramos cerca de cinco años de novios, pero siempre seguimos yendo al beisbol”, comentó Rosy .

Por su parte, Tony dijo que el destino fue caprichoso con ellos; “recuerdo que por el trabajo yo iba al estadio, una de esas veces ya no me daban ganas de ir porque eran jornadas muy largas desde la mañana y acababa en la noche en el beisbol, hasta que conocí a Rosy, la verdad me gustó mucho desde el primer momento que la vi y hasta hoy en día estamos felizmente enamorados, sobre todo ahora con mis hijas, a quienes les gusta el beisbol”.

Portando los colores en el Dodger Stadium

Este año las vacaciones de la familia se trasladaron hasta Los Ángeles, California, en donde una gran aventura en Disney fue parte del platillo fuerte, pero como buenos apasionados del beisbol, no faltó la visita al Dodger Stadium, con las gorras del UL, lucieron el orgullo de ser aficionados guindas en el extranjero.

De visita en Los Ángeles con gorra de Algodoneros. (Cortesía)

Fieles pequeñas guindas

“Desde que nacieron nuestras hijas seguimos asistiendo al Revolución, hoy en día María Bárbara de siete años y Lisa Catalina de cuatro disfrutan mucho del juego, ya entienden muy bien lo que pasa en el diamante”, dijo Tony.

Drama en las gradas

Como un hecho chusco y dramático, fue lo que ocurrió la temporada pasada.

“Al ser eliminados los Algodoneros, la mascota del equipo (El Pollo) se despidió y mi hija entendió que ya nunca iba a volver, no paraba de llorar, la gente nos veía hasta raro, hasta que le compramos su peluche del Pollo se tranquilizó”.

Como cualquier aficionado, los Gámez Portillo dan su pronóstico en esta gran final. “Nos gustaría que barrieran en la serie, la verdad hay con qué, pero estaría mejor coronarse en casa el 15 de septiembre con todo y grito por las fiestas patrias”, finalizó Tony.

aarp


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