“Todo es culpa de Layún”, fue una frase que marcó la carrera del futbolista del América, Miguel Layún, pues el defensor azulcrema fue inculpado de los fracasos de las Águilas, pero gracias al trabajo, dedicación y esfuerzo, dejó atrás ese estigma para convertirse en multicampeón en la Liga Mx con América (2 Ligas Mx) y Monterrey (1 Liga Mx, 1 Copa Mx y 2 Concachampions). Además, Miguel emigró a Europa donde vistió las playeras del Atalanta (Italia), Watford (Inglaterra), Porto (Portugal, donde ganó un título de Liga y marcó 4 goles en la Champions League), Sevilla (España) y Villarreal (España).
Su trabajo lo llevó a ser pieza fundamental en la selección mexicana, donde jugó dos Mundiales (Brasil 2014 y Rusia 2018), una Copa Confederaciones (Rusia 2018), una Copa América Centenario, así como Copa Oro y Copa Concacaf, las cuales conquistó con el Tricolor.
Hoy con este gran recorrido futbolístico y este palmarés, Miguel Layún aseguró que la clave para lograr la gloria fue el nunca darse por vencido a pesar de las humillaciones que sufrió por parte de sus compañeros.
“Hoy los jóvenes encuentran oportunidades que antes no existían. Antes subías al primer equipo y no me dejaban cambiarme en el vestidor, me hacían cambiarme afuera. Terminaba el partido o el entrenamiento y me pasaban los zapatos para lavarlos. Hacías una jugada y te cocían a patadas, te pegaban por todos lados y no podías decir nada, si se te ocurría decir algo te iba peor. Yo no salí de barrio, tuve una oportunidad de tener una educación diferente, de tener un entorno y núcleo familiar diferente, pasé lo que tuve que pasar porque me afronté a un bullying por venir de ese estrato social”, indicó el ex futbolista, quien inició su carrera como profesional en Veracruz.
Layún, reveló en el podcast de Ricardo Peláez, Futbol de Cabeza, la forma en cómo a los 18 años se ganó el respeto de los futbolistas de los Tiburones Rojos.
“Yo llegué a Veracruz y el club me dijo que haría la pretemporada con el equipo de Primera A, yo era juvenil, tenía 18 años. El primer día me subo al autobús, me siento en un lugar, no había nadie, y de repente llegó el capitán, (Ricardo) Ringo Munguía, un pelado, y me dice: '¿qué haces ahí sentado?', le dije: '¿perdón, no sabía que estaba ocupado, me paró?', me contestó: 'tú no tienes lugar en este autobús, te sientas en las escaleras'.
Me aventaban cosas, pasaban y me sapearon, yo callado. Me acuerdo que después de que terminó la semana de trabajo vino y me dijo: 'tienes mi respeto'. Entonces te ganabas ese respeto en el vestidor en base a trabajar, estar callado, hacer lo que te correspondía y entender que te veían como amenaza, era el último paso formativo, por eso unos llegamos y otros no, muchas veces no se trata de talento, sino de perseverancia y determinación”, puntualizó.
También señaló que ahora lo jóvenes son apapachados por los experimentados.
“Hoy los jóvenes suben y nosotros los arropamos, no queremos que pasen por lo que sufrimos, los apapachamos, pero ahora nos preguntamos cómo les enseñamos lo que aprendimos a chingadazos, creo que ese ha sido un problema”.
Layún tiene que reponerse de otro duro golpe en su carrera tras ser eliminados por las Chivas en Semifinales de la Liga MX.
EORM