Cuando el piloto de helicóptero Ara Zobayan se encontró con un banco de nubes e intentó salir de él, probablemente estaba preocupado por conseguir que su cliente estrella, Kobe Bryant, su hija y otras seis personas asistieran a un torneo de baloncesto femenino, concluyeron investigadores de seguridad.
Esa decisión les costó la vida, de acuerdo con la National Transportation Safety Board al publicar los tan esperados hallazgos del accidente del 26 de enero de 2020 que mató a los nueve a bordo.
La NTSB culpó principalmente a Zobayan de una serie de malas decisiones que lo llevaron a volar a ciegas hacia una pared de nubes donde se desorientó tanto, que pensó que estaba ascendiendo cuando en realidad la nave se precipitaba hacia una ladera al sur de California.
Zobayan, un piloto experimentado, ignoró por completo su entrenamiento, violó las reglas al volar en condiciones en las que no podía ver y no tomó medidas alternativas como aterrizar o cambiar a piloto automático, que hubieran evitado la tragedia.
El presidente de la NTSB, Robert Sumwalt, dijo que el accidente ilustró que incluso los buenos pilotos pueden tomar malas decisiones.
“En el escenario que creemos que sucedió, él está volando, se da cuenta de que está encasillado con la visibilidad y luego debe haber tomado la decisión (...) de seguir adelante", dijo.
La hipótesis
La junta de la NTSB agregó que probablemente, el piloto sintió una presión autoinducida para llevar a Bryant a su destino. No es la primera vez que los investigadores ven que eso sucede con las celebridades. El vicepresidente Bruce Landsberg citó accidentes aéreos separados que mataron a los músicos Buddy Holly, Patsy Cline, Stevie Ray Vaughan y Aaliyah.
"En todos esos casos, se trata de alguien con un gran estatus de estrella y pilotos que desean desesperadamente hacer un buen trabajo para el cliente", dijo Landsberg. "Mi sensación es que la preponderancia de la evidencia, llamémoslo 51%, indica que este piloto realmente quería llegar a donde se dirigía".
La agencia también culpó a Island Express Helicopters Inc., que operaba la aeronave, por una revisión y supervisión inadecuadas de los asuntos de seguridad.
Cuando Zobayan decidió trepar por encima de las nubes, entró en una trampa que ha condenado muchos vuelos. Una vez que un piloto pierde señales visuales al volar hacia la niebla o la oscuridad, el oído interno puede enviar señales erróneas al cerebro que causan desorientación espacial. Esto hace que los pilotos crean que están volando un avión recto y nivelado cuando en realidad se están inclinando.
Zobayan comunicó por radio a los controladores de tráfico aéreo que estaba subiendo cuando, de hecho, estaba inclinándose y descendiendo rápidamente hacia las empinadas colinas cerca de Calabasas, concluyeron los investigadores de la NTSB.
Al volar bajo las reglas de vuelo visual, se requería que Zobayan pudiera ver a dónde se dirigía. Volar hacia la nube fue una violación de ese estándar y probablemente lo llevó a su desorientación, dijo la NTSB.
El helicóptero Sikorsky S-76B volaba a unas 184 mph (296 kph) y descendía a una velocidad de más de 4 mil pies (1,219 metros) por minuto cuando se estrelló contra la ladera y se incendió, esparciendo escombros sobre un área del tamaño de un campo de fútbol. Las personas a bordo murieron de inmediato.
Bryant, su hija Gianna de 13 años y otras seis personas que despegaron del condado de Orange esa mañana se dirigían al juego en su Academia Deportiva Mamba en el condado de Ventura. El grupo había volado al mismo destino el día anterior y Zobayan había llevado a Bryant a lo largo de esa ruta al menos diez veces en 2019.
No hubo señales de falla mecánica y el piloto no estaba bajo la influencia de drogas o alcohol, dijeron los investigadores.
Sin embargo, el helicóptero no contaba con los llamados dispositivos de grabación de “caja negra”, que no eran necesarios, lo que habría dado a los investigadores una mejor comprensión de lo sucedido.
Los otros fallecidos en el accidente fueron: el entrenador de béisbol de Orange Coast College, John Altobelli, su esposa Keri y su hija Alyssa; Christina Mauser, quien ayudó a Bryant a entrenar al equipo de baloncesto de su hija; y Sarah Chester y su hija Payton. Alyssa y Payton eran compañeros de equipo de Gianna.
evr