Los jugadores de la selección francesa de rugby acusados de agresión sexual agravada en Argentina , viajaban de regreso a su país el martes, casi dos meses después de su arresto sorpresivo en la nación sudamericana.
Oscar Jegou y Hugo Auradou, llevaron su equipaje sobre ruedas en medio de un grupo de camarógrafos y fotógrafos de la prensa que se arremolinaron en el Aeropuerto Internacional de Buenos Aires, antes de su vuelo de medianoche por Air France con destino a París.
Al hablar ante la prensa desde la puerta de salidas, el abogado de los deportistas consideró que la partida de sus clientes constituía una victoria, y describió su experiencia en Argentina como "una película de terror que nunca tendría que haber existido”.
“Este es un primer paso súper, superimportante. Es quizás más importante que el sobreseimiento porque la autorización de salida del país significa que la Justicia de Mendoza confió en el trabajo que hicimos”, añadió el abogado Rafael Cuneo Libarona, en referencia a las cortes en el estado occidental donde habría ocurrido la agresión sexual el 7 de julio.
“Estoy muy muy contento de haber defendido a chicos con un nivel de inocencia enorme frente a la grosera denuncia”.
Los deportistas han rechazado las acusaciones.
La autorización para que ambos vuelvan a Francia quedó firme luego de una audiencia realizada el martes en Mendoza, unos mil kilómetros al oeste de Buenos Aires, informó en un comunicado el Juzgado Penal Colegiado 1 de la provincia homónima.
En ese encuentro, la defensa de la mujer que los denunció por violación no se opuso a la decisión que anunció la víspera el Fiscal Adjunto en lo Penal, Gonzalo Nazar, permitiendo que los deportistas abandonen el país sudamericano. Por lo tanto “queda firme dicha resolución y podrán irse del país a partir de este momento”, dijo el comunicado.
Jegou y Auradou, ambos de 21 años, están acusados de abuso sexual con acceso carnal agravado por la participación de dos personas contra una mujer mayor de edad en un hotel de Mendoza el 7 de julio, luego de que ambos jugadores franceses disputaron un partido contra Los Pumas argentinos.
En un primer momento, estuvieron detenidos en dependencias del poder judicial y desde mediados de julio cumplieron prisión domiciliaria en una vivienda de la capital mendocina. Días atrás se trasladaron a Buenos Aires.
Por su parte, la federación francesa de rugby alabó la decisión de la justicia argentina.
“Es otro paso para que la justicia encuentre la verdad", dijo el ente deportivo. “Como lo ha expresado desde el primer día, la federación ha deseado escuchar la versión de la acusadora, pero también ha reiterado la presunción de inocencia de los dos jugadores, que siempre han mantenido su inocencia, confiando en el sistema judicial argentino”.
La medida dispuesta por el fiscal Nazar requiere la condición de que ambos deportistas cumplan con una serie de obligaciones, entre ellas la comparecencia ante consulados argentinos en Francia e incluso regresar a Mendoza, si son requeridos por la justicia, y fijar allí domicilio real y virtual.
Por otro lado, la jueza del Juzgado Penal Colegiado 1 rechazó en la misma audiencia judicial el pedido de la parte denunciante de ampliar la pericia psicológica de los acusados, debido a que no justificaron por qué los estudios que les fueron realizados con anterioridad están incompletos, indicó el Poder Judicial de Mendoza.
La denunciante conoció a los dos franceses en una discoteca la noche después del partido y, según relató, el ataque habría ocurrido pocas horas después en una habitación del hotel Diplomatic. La mujer aceptó someterse a pericias físicas.
Los acusados dijeron que tuvieron relaciones sexuales consentidas con ella.
Al momento de liberar a los franceses en julio, el fiscal Nazar advirtió sobre “notorias contradicciones, inconsistencias, zonas grises y hasta explicaciones insuficientes” de la declaración incriminatoria de la denunciante y mencionó el “tono jocoso” de la conversación telefónica que mantuvo con una amiga el día que denunció los hechos, peritada por los investigadores.
Los abogados de la mujer pidieron el apartamiento de investigadores de la Unidad Fiscal de Delitos Contra la Integridad Sexual por considerar que carecieron de objetividad para intervenir en las actuaciones y que éstas fueron llevadas adelante con “ausencia de perspectiva de género”. El pedido fue denegado por Nazar por considerar que no está acreditada la mala actuación de los funcionarios.
El delito por el que los rugbiers están acusados contempla una pena máxima de 20 años de prisión.
AVV