El 2 de noviembre de 2008, Lewis Carlo Davidson Hamilton con 23 años y 300 días se convertía en el más joven piloto campeón de la Fórmula 1. Lo hacía con la escudería McLaren en un dramático cierre ante Felipe Massa en el GP de Brasil y tan solo un año después de su temporada debut en donde ya había sido el más joven en conseguir ser segundo y tan solo por un punto. 12 años después, está cerca de su séptimo campeonato a sus 35 años, tras una carrera ilustre en la máxima categoría en sociedad con la escudería Mercedes.
El primer piloto de raza negra en la F1, si bien ha logrado hacer de este factor una fortaleza luchando contra el racismo en su industria, Lewis no ha estado alejado de las criticas de los tabloides británicos e insultos por parte de otros países se cree que parte de sus detractores se deben a su color. Pero el hecho de que Hamilton fuera seleccionado para ser el compañero piloto del dos veces campeón español Fernando Alonso ese 2007 con la escudería McLaren, nos decía desde entonces la promesa que representaba, no por nada McLaren lo tenía dentro de su programa de desarrollo desde corta edad después de brillar en el kart racing y tras un paso exitoso en la GP2.
Para aquel entonces con 22 años, Hamilton ya era una estrella codeado con lo mejor de la farándula, fue en noviembre que comenzó una relación con la cantante de las Pussycat Dolls, Nicole Scherzinger que terminó definitivamente en 2015. También en 2007 se mudó a Suiza para huir de las críticas de la prensa de Inglaterra, aunque en 2012 se mudó a Mónaco. Si bien incursionar en el automovilismo requiere de gran inversión, el padre de Lewis trabajó día y noche desde que era pequeño para cumplir el sueño de su hijo y poderle comprar un go kart. Su talento pagó porque fue ascendiendo rápidamente hasta el punto en que llegó la llamada de McLaren cuando tenía 13 años, el compromiso implicaba seguir yendo a la escuela. Si bien la situación económica de su familia tomó un respiro, la presión por tener una carrera fondeada comenzó.
Este año la revista Time lo colocó en la lista de las 100 personas más influyentes gracias a que ha logrado expandir el rango de audiencia de la F1 con un perfil activista en temas de raza y del medio ambiente, aunado a un estilo de vida apegado a la música y a la moda.