Un 18 de diciembre de 2020, se confirmó uno de los movimientos más relevantes en la historia del deporte motor en México: Sergio Pérez fue anunciado como piloto de Red Bull Racing. Exactamente cuatro años después, el 18 de diciembre de 2024, se da por concluida esa relación por mutuo acuerdo.
La separación de Checo y el equipo de las bebidas energéticas representa el final de una relación de claroscuros en la Fórmula 1: un piloto que se convirtió en el compañero más estable para Max Verstappen desde que el neerlandés tomó la batuta como piloto principal de los Toros Rojos, la consecución de los primeros campeonatos de constructores tras la era de éxitos con Sebastian Vettel y un histórico 1-2 en 2023, pero también una serie de tragos amargos en la segunda mitad de su estancia, sobre todo en 2024.
Su llegada fue una ‘bomba’
El tapatío demostró su calidad como piloto en el Gran Premio de Sakhir, donde entregó una de las mejores carreras de su vida y una de las más memorables en el Gran Circo, al remontar desde el fondo y llevarse el triunfo con Racing Point, en donde ya no tenía asiento. Por primera vez en 50 años, el himno nacional mexicano sonó en un podio de Fórmula 1.
Fue ese potencial el que convenció a Christian Horner para que el mexicano fuera el elegido para tomar el asiento de Alex Albon, quien al igual que Pierre Gasly, sufrió en uno de los equipos de mayor exigencia en la parrilla. Fue la llegada con los austriacos el comienzo de grandes éxitos.
Aprendizaje y consolidación
En su primer año con Red Bull, Checo se enfrentó a un reto que terminó por ser recurrente en su estadía con los Toros Rojos: manejar un auto diseñado para Max Verstappen y cumplir. Le costó seis carreras, hasta que ganó el Gran Premio de Azerbaiyán al aprovechar un error de Lewis Hamilton en las vueltas finales y el abandono de su compañero de equipo.
Fueron buenas actuaciones del mexicano como piloto de los Toros Rojos, pero demostró su valía en el Gran Premio de Abu Dabi al hacer un trabajo de equipo impecable que fue uno de los factores que ayudaron a Max Verstappen para ganar su primer campeonato mundial, como la defensa sobre Hamilton para ayudar a que el neerlandés recortara distancias sobre el británico, sin olvidar esa bandera roja que el choque de Nicholas Latifi (Williams) que provocó una de las últimas vueltas más emocionantes en la historia del serial.
Su postura sobre el heptacampeón del mundo le valió los elogios de su equipo. “Checo es una leyenda”, se rindió Verstappen ante la defensa de Checo sobre Lewis. “Es un absoluto animal”, aclamó Horner desde la radio.
Para 2022, Checo mostró mejoría notable y logró su primera pole position en Arabia Saudita, carrera que terminó en cuarta posición. Pero los éxitos se dieron con una memorable victoria en Mónaco y una dominante demostración en Singapur que le valieron el apodo del rey de los circuitos callejeros.
Pero también hubo algunos roces, como su pelea en el Gran Premio de Brasil, en donde Max se negó a cederle una posición a Checo en la búsqueda de puntos por el subcampeonato, en lo que se habló de problemas internos que, al parecer, pudieron resolverse más adelante.
El ocaso
Las dos últimas temporadas marcaron los momentos difíciles. Si bien el equipo de las bebidas energéticas mostró dominio absoluto sobre el resto de la parrilla en 2023, vino la montaña rusa para Checo. Es verdad que ganó en Arabia Saudita y en Azerbaiyán, pero también comenzaron los problemas en clasificaciones.
La brecha entre él y Verstappen comenzó a ser más notoria. Tras su victoria en el principado, sus dos últimas presencias en Mónaco fueron dolorosas tras distracciones y choques costosos, sin olvidar su abandono en el Autódromo Hermanos Rodríguez, tras un par de terceros lugares en 2021 y 2022. Aunque logró el subcampeonato, el sabor agridulce por el contraste de su rendimiento con el de su compañero fue notorio.
Las cosas no mejoraron en 2024, en la que logró cuatro podios en sus primeras cinco carreras y desde entonces tuvo una caída libre por diversos factores: desde los problemas de clasificación, la falta de ritmo, un RB20 difícil de manejar incluso para Max y hasta la pérdida de confianza afectaron la relación y su continuidad.
Su salida se rumoró por meses. Al final, Checo llegó a un acuerdo para irse de Red Bull en un momento difícil para ambos. Concluye una era que cerró difícil para el mexicano, pero también la de mayor apogeo en su carrera.
AVV