Dicen en la máxima categoría que el primer rival que hay que vencer es al coequipero, porque eso permite establecer una jerarquía dentro de la escudería.
Sergio Pérez arrancará este domingo su temporada 11 en F1, y en ella, se considera, tendrá oportunidad de exhibir su verdadero potencial al contar por primera vez con un coche competitivo. Eso también implica presión por estar en un equipo que aspira al título con un piloto en el que ha invertido millones de dólares: Max Verstappen.
“Ha sido una motivación muy grande saber que puedo llegar a cada pista en donde, si lo hago bien, puedo ganar la carrera”, dijo Pérez en conferencia reducida de medios donde estuvo La Afición.
“Es una motivación muy fuerte. La presión es igual en el equipo que estés en la F1; tienes que maximizar todo. Cada fin de semana tienes que dar los resultados y en esa parte no cambia nada”.
Pero mientras existe emoción por ver al mexicano en un equipo de élite, también está la presión por enfrentar a una estrella en ascenso.
Será una prueba única
Sergio vivirá una situación única en 2021, aunque ya tiene antecedentes con coequipoeros exitosos, pues esta será la 2ª vez que el tapatío encare a un ganador de Grandes Premios, luego de hacer equipo con Jenson Button en su paso por McLaren en 2013.
En aquella ocasión, Pérez fue superado por el campeón británico por 24 puntos y dos posiciones en el campeonato de pilotos.
Con una década de experiencia en F1, Checo solo ha sido inferior a su coequipero dos veces más a la de Button: la 1ª en su año inicial, cuando el japonés Kamui Kobayashi lo derrotó en Sauber, y la 2ª en 2014, su primer año con Force India, ante Nico Hülkenberg.
Las estadísticas favorecen al mexicano en este aspecto, pero Pérez enfrentará una situación nunca vista para él: un claro piloto número uno que ha tenido tres compañeros diferentes en la misma cantidad de años.
En 2018, Verstappen vivió su última temporada con Daniel Ricciardo, quien sintió que la balanza Red Bull se inclinba para el holandés y se fue; luego en 2019 tuvo al francés Pierre Gasly y al tailandés Alex Albon, quien permaneció hasta finales del 2020 antes de ser sustituido por Pérez.
Al comparar las estadísticas de Pérez con Verstappen, los números favorecen enormemente al europeo, quien ha conseguido más triunfos, poles y puntos que el mexicano, consecuencia en parte de llevar cuatro años y medio con un equipo de punta y solo haber pasado una temporada en Scuderia Toro Rosso, el equipo escuela de la marca austriaca.
Un gran desafío
Para el paddock de la Fórmula 1, Max, el hijo de Jos Verstappen, un piloto que corrió en el Gran Circo en 1994 con Benetton y consiguió dos podios, está llamado a ser campeón de la categoría y por eso no dudan que tendrá el máximo apoyo por parte de Red Bull Racing en comparación con Pérez; sin embargo, eso ya no intimada al mexicano luego de que el año pasado vivió el temor de quedar fuera de la parrilla para siempre.
“Desde que supe que vendría a Red Bull, supe que iba a enfrentar un gran desafío como es Max, quien es un piloto muy completo y, siendo honestos, no me encontré con una sorpresa. Será un gran desafío para mí”, dijo Sergio. “Pero quiero medirme contra los mejores, así que es un gran desafío, pero también una gran oportunidad”.
Y finalizó: “De la forma en que veo esto, no tengo absolutamente nada que perder. He tenido la suerte de tener una carrera fantástica. Entonces, lo que venga después será genial”, indicó Pérez.
El piloto mexicano tiene un contrato por un año, pero sabe bien que la suerte podría inclinarse a su favor para durar más que quienes lo antecedieron en ese asiento, pues después de todo, 10 años de experiencia deben servir para contrarrestar la juventud y, en ocasiones, los arrebatos de su nuevo compañero de equipo.