Promocionar una marca en la Fórmula 1 es una gran forma de exposición, sin embargo, es también sumamente costoso y es algo que solamente está al alcance de algunos pero no siempre quienes aparentan tener la posibilidad económica, asumen su responsabilidad.
Ese fue precisamente el caso del príncipe nigeriano Malik Abo Ibrahim, quien tuvo un paso fugaz por la categoría reina del automovilismo al mostrar su marca en los monoplazas de la escudería Arrows durante la temporada 1999.
Arrows había recibido un duro golpe económico que los dejaba en la cuerda floja, sin embargo, llegó el príncipe de Nigeria a evitar que se hundiera el barco con una fuerte inversión que llegó acompañada de la proporcionada por la petrolera Repsol.
Malik Abo Ibrahim había prometido una fuerte suma de dinero para poner su marca T-Minus en los autos del equipo británico, un ingreso que prometía alejarlos del mal momento que los tenía al borde de desaparecer.
La presentación de la marca, que el príncipe planeaba colocar en ropa y bebidas energéticas, se realizó con una cuenta regresiva en la parte lateral del monoplaza que generó mucha expectativa entre los aficionados de la Fórmula 1.
Todo transcurrió con normalidad hasta que el príncipe tuvo que pagar el monto acordado, en ese momento desapareció. Ya para el Gran Premio de Hungría (en agosto del 99), nadie sabía de Malik. Posteriormente los logos de la marca fueron removidos.
Arrows aún sobrevivió unas cuantas temporadas más pero en 2002 tuvo que declararse en bancarrota en parte gracias a lo sucedido con Malik Abo Ibrahim, estafa de la que no se pudieron recuperar totalmente; el príncipe volvió a hacer un acto parecido en NASCAR.
SFRM