Max Verstappen tuvo una tarde complicada en el Gran Premio de la Ciudad de México. El neerlandés tuvo la punta por algunas vueltas, pero Carlos Sainz lo rebasó y no volvió a mirar hacia atrás; con la victoria escapándose de sus manos, Mad Max se preocupó por una lucha más importante: terminar por delante de Lando Norris.
Fue agresivo y trató a toda costa de superarlo, aunque eso le costó 20 segundos de sanción. En la décima vuelta, el británico lo intentó adelantar en la cuarta curva y el piloto de Red Bull lo sacó de pista; Norris lo superó en la curva 8 y Max repitió la dosis, con lo que los comisarios investigaron y terminaron por castigar a Verstappen, cuya penitencia la pagó en una larga parada en los pits y un sexto lugar que redujo la diferencia entre ellos. Aunque siente que fue una severa sanción, no quiso entrar en detalles.
“Sinceramente, esos 20 segundos es mucho. Pero no voy a llorar por ello y tampoco voy a compartir mi opinión”, declaró el de Países Bajos, quien cree que su mala carrera se debe a un ritmo intermitente tanto con los neumáticos duros como los medios.
"Pensaba que la curva 4 era un poco más un signo de interrogación. La curva 7 ha sido lo que ha sido. Sinceramente, esos dos incidentes tampoco son mi problema. El problema es que somos muy lentos y por eso me estoy en ese tipo de situaciones. Ese es mi problema”, aseveró.
Con ese colchón de más de un Gran Premio de diferencia sobre Norris, no cree que haya que encender las alarmas en la escudería austriaca; sin embargo, desea que se pueda aumentar la velocidad para no seguir cediendo terreno en los campeonatos, como ya les pasó con el campeonato de constructores y su descenso al tercer lugar, por detrás de McLaren y Ferrari. “Aún son 47 puntos, pero ojalá podamos ser un poco más rápidos”, culminó.
ZZM