Niki Lauda es considerado uno de los mejores pilotos de todos los tiempos. Su rivalidad con James Hunt es una de las más clásicas y conocidas de todas, la cual fue retratada en la película Rush: Pasión y Gloria (2013), que se toma algunas libertades en la rivalidad, para hacerla más dramática.
Y fue el 1 de agosto de 1976 cuando el campeonato mundial de Fórmula 1 vivió uno de sus capítulos más impactantes y el austriaco fue el protagonista de aquella trágica jornada en el Gran Premio de Alemania, que se corrió en el histórico y polémico circuito de Nürburgring, de 22.8 kilómetros de longitud.
Y esa carrera fue un punto culminante para la lucha de Hunt por el título. Niki Lauda (Ferrari) lideraba el campeonato con 58 puntos y James Hunt (McLaren) le seguía con 35 unidades en el tercer lugar. El austriaco llevaba ventaja de 26 puntos con el sudafricano Judy Scheckter, llevaba cinco triunfos en nueve carreras y solo un abandono. ¿El resto? Solo podios. Parecía que se acercaba su segundo título.
El accidente que le cambió la vida
Pero la lluvia apareció antes del arranque de la carrera, con lo que se puso en duda su celebración. Se decidió correr en Nürburgring y la mayoría de los pilotos optaron por los neumáticos de lluvia. Corrieron una vuelta y la pista estaba seca, por lo que pasaron al pitlane para cambiar por las gomas suaves. Una vez hecho eso, Niki Lauda entró en un mejor ritmo para su segundo giro.
Pero el momento fatídico llegó en la curva Bergwerk (la segunda del circuito), cuando su suspensión se rompió, con lo que el Ferrari se fue hacia el lado derecho e impactó con las protecciones. El monoplaza se incendió, trompeó y regresó a pista, lo que provocó que Harald Ertl y Brett Lunger lo golpearan, con Lauda dentro.
Fueron cinco espectadores, un policía y los pilotos Ertl, Guy Edwards y Arturo Merzario quienes acudieron al instante para rescatar al piloto de Ferrari. Los equipos médicos sacaron del auto a Niki Lauda y lo llevaron al hospital, con quemaduras de primer grado en rostro, cabeza y manos, además de huesos rotos e intoxicación por inhalar gases.
Consecuencias y recuperación
El piloto perdió parte de su oreja derecha, sus pulmones se dañaron por los gases que respiró, mientras que sus pestañas y cejas fueron quemadas por completo. Fue inducido en coma como precaución y entró al quirófano, con altas probabilidades de no salir de ahí.
Pero contra todo pronóstico, Lauda mostró una recuperación récord de seis semanas y regresó al monoplaza para disputar el Gran Premio de Italia, en donde se llevó el cuarto puesto. Todavía con posibilidades de pelear el título del mundo, la temporada se definió en el Gran Premio de Japón, donde la lluvia volvió a aparecer.
A diferencia de Nürburgring, Lauda optó por no volver al circuito para no ponerse en riesgo en Fuji. James Hunt terminó esa carrera en el tercer puesto, con lo que acabó con 69 puntos, uno más que Lauda. El británico fue campeón de Fórmula 1 por primera y única vez.
OMCS