La de 2007 fue una de las temporadas más famosas y recordadas en la historia de la Fórmula 1. No solo porque fue la última vez que un piloto de Ferrari ganó el título mundial (Kimi Raikkönen), sino también porque quedó marcada por uno de los escándalos más grandes en la historia del Gran Circo: el Spygate de McLaren, además del inicio de la rivalidad entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso, la cual pareció revivir hace unas semanas.
El caso de espionaje de la temporada 2007 de Fórmula 1 fue un polémico suceso en el que se acusó a la escudería británica de poseer información técnica y confidencial de los de Maranello, mientras que Renault hizo lo mismo contra McLaren.
Ferrari acusó a su ex empleado Nigel Stepney, y a un ingeniero de McLaren, Mike Coughlan, sobre el robo de la información técnica. De acuerdo con una cronología expuesta por la agencia EFE, Stepney, quien se desempeñaba como jefe de mecánicos en Ferrari, esperaba una promoción a responsable en pista en septiembre de 2006, pero el elegido fue Luca Baldisseri, por lo que habría motivado al primero a filtrar información.
El 18 de mayo de 2007, Stepney fue interrogado por la policía, sospechoso de sabotaje, además de que le fueron confiscados unos pantalones en cuyos bolsillos hay restos de un polvo blanco que ha aparecido junto a los depósitos de gasolina de los monoplazas que iban a participar el Gran Premio de Mónaco una semana después.
En junio de ese mismo año, en vísperas del Gran Premio de los Estados Unidos, Ferrari presentó una queja formal en contra de Stepney, quien semanas después fue despedido. Esto debido a que se le acusó de enviar información confidencial. Además, Coughlan también fue despedido, pero de McLaren, tras recibir datos por parte de un ingeniero de la Scuderia.
Hamilton vs Alonso, una rivalidad que se encendió
Como parte de esta investigación, la FIA citó a Fernando Alonso, Lewis Hamilton (los dos pilotos de McLaren) y a Pedro de la Rosa (piloto de pruebas en aquel entonces) para colaborar con toda la información posible.
Tras meses de investigación, FIA le impuso una multa de 100 millones de dólares a McLaren, además de que perdieron todos los puntos conseguidos en el Mundial de Constructores.
Pero el castigo solo fue parte de una crisis más grande en McLaren: el choque entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso.
El español venía de ser bicampeón con Renault y llegó a McLaren el mismo año que Lewis Hamilton incursionó a la categoría. Parecía la combinación perfecta para triunfar… pero fue todo lo contrario, pues el ego de los dos pilotos no les dejó congeniar como compañeros.
Hamilton ya mostraba su talento tras el volante, al punto de que tomó el liderato de la clasificación después de cuatro carreras, pero con dos puntos de ventaja sobre el asturiano. Pero la relación se rompió en el Gran Premio de Mónaco.
Mientras el británico buscaba su primer triunfo en la categoría, pero Alonso ganó en el Principado. El problema fue que siempre tuvo la presión de Hamilton por detrás, incluso se le sobrecalentaron los frenos y bajó la velocidad, algo que el en ese entonces novato no hizo, pese a que su compañero se lo solicitó.
En el Gran Premio de Hungría, Hamilton volvió a desobedecer las indicaciones de equipo y tomó el liderato en la clasificación y Alonso optó por perder tiempo en pits antes de dar su última vuelta, con lo que el español se llevó la pole position en la última vuelta y no le dio tiempo suficiente a Hamilton para tratar de recuperar el mejor tiempo. Sin embargo, la FIA castigó a Alonso por perder tiempo en pits, con lo que arrancó con cinco puestos por detrás. Hamilton ganó en Hungaroring.
McLaren fue el gran perdedor en la campaña de 2007. Sin sus puntos en el campeonato de constructores, no pudo ante Ferrari, mientras que la rivalidad entre Lewis Hamilton y Fernando Alonso también truncó sus esperanzas de triunfar en el campeonato de pilotos, ya que Kimi Raikkönen (110 puntos) superó al británico y al español por un punto.
OMCS