Muy pocas cosas son tan dolorosas para el futbol brasileño como el Maracanazo… pero el 7-1 de la Semifinal ante Alemania está muy cerca de esa posición deshonrosa. Después de todo, se trató de un balde de agua fría para una selección que tenía altas expectativas por buscar su sexta Copa del Mundo y ante su gente. Pero el cuadro teutón tenía otros planes y acabaron de tajo con cualquier esperanza,
Porque hoy se cumplen ocho años de la paliza que cambió a Brasil. Fue un 8 de julio de 2014 cuando Brasil cayó 7-1 ante Alemania, lo que provocó un antes y después dentro de la Canarinha. Porque el Mineirazo –el nombre con se le bautizó a la derrota en el Estadio Mineirão– tuvo consecuencias en un proyecto del cual de por sí se tenían dudas y quedó exhibido de la peor manera posible. Los fantasmas de Maracaná quedaron presentes en aquel juego.
El partido
Brasil llegó a ese partido con la expectativa de jugar otra final y enfrentarse a Argentina en el clásico de Conmebol: Lionel Messi y compañía hicieron su parte al vencer a Países Bajos en la otra semifinal. A la Canarinha le faltaba enfrentarse a una selección de Alemania que iba como máquina imparable.
Y el resultado fue el peor posible: a los 11 minutos, Thomas Müller comenzó con la paliza. Le siguió Miroslav Lose (23’) y Toni Kroos (24’ y 26’) dejó en claro que este no iba a ser una tarde sencilla para los anfitriones. Todavía no llegaban a la media hora y Sami Khedira (29’) aumentó la goleada.
Pero Alemania mantuvo la sobriedad e incluso Joachim Löw les advirtió que no quería burlas, solo respeto al rival. La goleada pudo ser incluso mayor: dos goles de André Schürrle (69’, 79’), en tanto Oscar (90’) evitó que Brasil se fuera en blanco… pero solo fue para la estadística, el resultado ya estaba más que definido.
Muchas postales se tienen de ese partido (el llanto de Clovis Acosta Fernandes Gaucho, el fan que lloraba mientras abrazaba el trofeo es quizás la más famosa), pero las consecuencias también fueron contundentes.
Los que pagaron el precio
Luiz Felipe Scolari, el hombre que llevó a Brasil a ganar su última Copa del Mundo en 2002, también fue el que estuvo al frente en esta humillación. Después del partido, dijo que fue “el peor día de su vida” y asumió responsabilidad por la derrota.
David Luiz, capitán de la selección ante la sanción de Thiago Silva, pidió disculpas a la afición por el fracaso:
"Queríamos darle una alegría al pueblo y tristemente no lo logramos. Por eso quiero pedirle disculpas a todo el mundo, a todos los hinchas brasileños, a quienes soñábamos con hacer sonreír de alegría”, dijo el defensa en la transmisión oficial del partido.
Lo más doloroso fue que casi ninguno de los jugadores que comenzaron ese partido han vuelto a la selección: hubo excepciones como Marcelo y Fernandinho, quienes todavía tuvieron oportunidad para Rusia 2018. Dani Alves, que no jugó ese partido, sigue vigente.
Julio César, Maicon, David Luiz, Dante, Luiz Gustavo, Oscar, Hulk, Bernard y Fred no volvieron a disputar un Mundial con Brasil desde ese entonces.
OMCS