El último partido de la temporada de Cruzeiro no pudo terminar el domingo porque aficionados arrancaron asientos del estadio y los arrojaron a jugadores, furiosos porque el club fue eliminado de la Primera División de Brasil por primera vez en su historia.
El árbitro detuvo el juego cuando quedaban cinco minutos, poco después de que el Palmeiras condenó al equipo local al marcar el 2-0.
La policía disparó granadas de ruido a los fanáticos enojados que arrojaban objetos y peleaban en las graderías. Funcionarios decidieron que no era seguro que los deportistas continuaran jugando.
Mucha gente ya había abandonado el Estadio Mineirao antes del final, cuando estallaron los enfrentamientos de los aficionados, furiosos por la difícil situación del club.
El club de Belo Horizonte necesitaba ganar su último partido de la temporada y esperar que Ceará perdiera con Botafogo.
Si bien Cruzeiro comenzó bien la temporada, ganando el campeonato estatal, sus resultados empeoraron después de que directores se vieron envueltos en un escándalo de corrupción que sacudió al club en mayo.
La situación afectó al equipo y los directores terminaron contratando y despidiendo a cuatro entrenadores diferentes en los 38 juegos de la temporada de la liga.
Junto al Cruzeiro, perdieron la categoría esta temporada el Chapecoense y el Avai.
El campeón Flamengo, Santos, Palmeiras, Gremio, Athletico Paranaense y Sao Paulo calificaron para la Copa Libertadores del próximo año. (Reporte de Andrew Downie Editado en español por Javier López de Lérida).
ZZM