Cuando Sofiane Feghouli entró al estadio Mustafa Tchaker de Bilda -una ciudad al suroeste de Argel, la capital de Argelia- en mayo del 2012, tenía 23 años. Era su debut, de local, como seleccionado de ese país y también era la primera vez que jugaba un partido oficial en la nación. De hecho... era la primera ocasión que visitaba el territorio desde su adolescencia, cuando lo hizo en unas vacaciones.
Hace tres años, en el 2008, Argelia no figuraba en sus planes.
En ese entonces era un prometedor jugador juvenil de la selección francesa. Había formado parte de las selecciones sub 19 y 21 de Les Blues y tenía poco tiempo de haberse ganado una preconvocatoria con la selección mayor para jugar un partido amistoso contra Uruguay. Feghouli soñaba con ganarse un lugar en el representativo, que se perfilaba para jugar el Mundial de Sudáfrica. En lugar de eso, jamás volvió a recibir una convocatoria de los galos.
El mediocampista, nacido a las afueras de París, recibió poco tiempo después la llamada de los federativos argelinos. Sabían que era elegible para jugar con el país africano, debido a que sus padres nacieron en esa nación. Le propusieron representar a los Zorros del Desierto. Sofiane aceptó la propuesta dos años más tarde.
El caso de Feghouli no es único en el representativo. Riyad Mahrez -la estrella del Manchester City- nació en la periferia de París y es de padre argelino; misma situación que el brillante mediocampista del Milán, Ismael Bennacer. Mientras que Yacine Brahimi -exatacante del Porto- jugó a nivel juvenil en la selección francesa. Los tres, al igual que otros 14 jugadores convocados al seleccionado norafricano para el amistoso contra México, nacieron y se formaron en Francia, pero juegan en la selección mayor de Argelia.
“Si pudieran elegir con qué selección jugar, lo harían con Francia”, sostiene Javier Martín, periodista de la agencia EFE, radicado en Argelia, en entrevista para MILENIO-LA AFICIÓN. “Lo harían por proyección deportiva. En Francia pueden ganar el Mundial, la Eurocopa; en Argelia, en cambio, aspiran a poco. La disputa por amarrar a los futbolistas franco-argelinos es histórica entre ambas selecciones”.
Abdelhamid Bouchouk, Abdelhamil Kermali, Rachid Mekhloufi y Mokhtar Arribi fueron los primeros futbolistas que se disputaron ambos seleccionados, en la primavera de 1958. Los cuatro nacieron en Argelia, pero jugaban y representaban a Francia porque el territorio norafricano era reconocido internacionalmente todavía como una colonia francesa.
Los futbolistas, en ese mismo año, se escaparon de territorio galo para integrar un improvisado seleccionado argelino que disputó algunos partidos amistosos en el norte de África, pero que no fueron reconocidos por la FIFA. Eventualmente regresaron y disputaron el Mundial de Suiza 58 con los europeos, pero cuando Argelia consiguió su independencia cuatro años más tarde, en 1962, defendieron la camiseta de los Zorros del Desierto.
El gobierno galo, una vez consumada la independencia argelina, impuso una ley de libre tránsito de argelinos en Francia. Podrían permanecer en el país, con la condición de que en un lapso hasta nueve meses encontraran empleo. Lo anterior provocó la migración de centenas de argelinos a territorio francés durante las próximas décadas, incluidos algunos padres de los jugadores convocados ante México.
“Argelia es más una selección europea, que africana. Sus jugadores fueron formados en academias francesas, incluso se le apoda la Francia B. Por eso es un equipo ordenado, compacto defensivamente y efectivo en el contraataque”, opina Martín.
Sólo cuatro futbolistas del seleccionado nacieron en Argelia, pero ninguno de ellos juega en la liga local. La mayoría se desempeña en la Ligue 1 francesa, otros en la Serie A italiana, la Premier League inglesa y ligas árabes emergentes como Arabia Saudita o Qatar.
Su fórmula ha funcionado intermitentemente. En 2014 consiguieron su pase al Mundial de Brasil, donde alcanzaron los octavos de final. Mientras que en 2019 se consagraron campeones de la Copa Africana de Naciones, luego de una sequía de 29 años de no levantar el título. Sin embargo, se ausentaron de la Copa del Mundo de Rusia 2018.
“Para los jugadores argelinos de la liga local es imposible pensar que pueden ser convocados para la selección, porque el nivel del certamen es muy bajo. Sin embargo, ellos aceptan esa realidad porque entienden que la prioridad es el representativo aunque esté integrado por una mayoría de jugadores que no nacieron en el país. Marruecos y Túnez son otros países africanos que también han adoptado este modelo”, finaliza el periodista.