En el Athletic de Bilbao importa más el fondo que la forma. Sí, el equipo rojiblanco puede ganar jugando bien o mal al futbol, pero nunca lo hará con algún jugador que no sea vasco de nacimiento o que no se haya formado en su cantera. Así de claro.
Incluso, bien puede decirse que esta regla –la más arraigada de sus tradiciones– se ha convertido en su mayor limitante dentro del mercado de fichajes, pero al mismo tiempo también es la principal virtud que distingue al Athletic.
Y aunque esta característica no es exclusiva dentro del balompié mundial –por ejemplo, aquí en México, Chivas juega con puro jugador mexicano, al igual que el Nacional en Ecuador–, sí se diferencia por solo concentrarse en el llamado país vasco (la región Euskal Herria, que comprende tanto territorio español y francés), así que su mercado se restringe a los poco más de dos millones de habitantes que conforman esta zona.
En lo deportivo ha implicado una desventaja, pero en la cuestión de identidad, ha sido todo lo contrario.
IDENTIDAD SOBRE TÍTULOS
“Es imposible imaginar que un jugador que no sea vasco o formado en la institución sea parte del Athletic de Bilbao; queremos ganar, pero no sacrificando nuestra identidad”, así de claro lo sentencia Nika Cuenca, director de comunicación de Los Leones.
Hoy en día es difícil visualizar que el Bilbao se despoje de una tradición que tiene más de 108 años de existencia. Fundado en 1898, el Athletic decidió en 1912 que solo jugaría con puros futbolistas emanados de su cuna –territorial o futbolísticamente hablando– y hasta 1984 esta filosofía se consolidó con la conquista de varios títulos: 8 Ligas y 23 Copas del Rey. Sin embargo, después de este año las satisfacciones se han dado a cuenta gotas y no con la misma relevancia.
En los últimos 36 años, el Bilbao no ha vuelto a ser campeón de España, ni de la Copa ni de la Liga, y se ha conformado con la conquista de la Supercopa de 2015, así como los subcampeonatos coperos de 1985, 2009, 2012 y 2015, y el de la Europa League de 2012.
Ahora mismo, el Athletic tiene muy claro que está lejos de ser uno de los protagonistas de LaLiga (está en la posición 9 con 31 puntos), quizá en la Copa pueda darle una sorpresa al Barcelona, pero la realidad dicta que este equipo tiene otras aspiraciones.
“Sabemos que ahora mismo es muy difícil ganar un título, tal vez la Copa, pero la Liga es imposible porque los presupuestos son muy distintos del Madrid y el Barcelona con el resto; nosotros llevamos un año sin fichar a nadie y en esta ventana de transferencias nosotros no podemos traer a nadie mientras el resto de los equipos ficha”, señala Rafael Alkorta, director deportivo.
Y nadie mejor para explicarlo que el propio Rafael, un ídolo del Bilbao que cumplió con la trayectoria soñada para cualquier futbolista vasco: debutó en el Athletic a los 16 años, pasó al Real Madrid y luego regresó para tener una segunda etapa y retirarse en el equipo de sus amores. Sí, él afirma de manera categórica que el aficionado prefiere que se preserve la identidad del club a la posibilidad de abrirse al mercado internacional.
“Nosotros preferimos seguir así, llevamos más de cien años en Primera División, hemos ganado títulos, le hemos ganado a todos los equipos; pero nosotros todo eso ya lo sabemos y lo mejor es que nuestros seguidores también lo saben, entonces ellos entienden lo difícil que es quedar en la parte alta de la clasificación, así que cuando entramos a Europa (Champions o Europa League) es una fiesta y la afición prefiere esto”.
Alejado del protagonismo de antaño, al Athletic de Bilbao le queda refugiarse en las glorias de las épocas pasadas y en las expectativas de los tiempos venideros; eso sí, aferrado a una tradición que evolucionó de ser una simple regla a toda una filosofía de existencia.
“Es difícil de explicar, pero desde que nacemos nosotros sabemos que solo podemos jugar con gente de aquí. Solo existe un equipo para nosotros que es el Athletic de Bilbao”, remata Alkorta.