Era el villano, el enemigo más temido del Atlético de Madrid. Pero el Metropolitano volvió a domar a Cristiano Ronaldo, incapaz de marcar en el nuevo estadio rojiblanco, pero no al Manchester United, que se llevó un valioso empate 1-1, remontando el gol de Joao Félix con otro de Anthony Elanga.
El Wanda Metropolitano es todavía territorio inhóspito para Cristiano. Con la de hoy, son cuatro visitas sin marcar en el nuevo coliseo rojiblanco: una con el Real Madrid en la Liga 2017-18 (0-0), dos con el Juventus en octavos de 2018-19 (2-0) y en la fase de grupos de 2019-20 (2-2) y la de esta noche defendiendo la camiseta del Manchester United (1-1).
Sus números justificaban con mucho los temores: 25 goles al Atlético en 35 encuentros oficiales entre el Real Madrid y Juventus, entre ellos el penalti de la final de la Champions de 2016 que decidió el título para el eterno rival, o los tres goles de la vuelta en Turín que apearon a los rojiblancos en octavos en 2018.
No sería miedo, pero sí rechazo lo que le expresó la grada del Wanda desde el inicio, con una sonora pitada cuando fue anunciado en las alineaciones oficiales de la UEFA, en el arranque de un partido que inició como referencia, con Marcus Rashford y Jadon Sancho muy abiertos a los costados.
Vigilado a ratos por Stefan Savic, otros por Josema Giménez, no habían pasado ni 10 minutos cuando Cristiano tuvo que ver de lejos cómo su compatriota Joao Félix volaba para rematar de cabeza un servicio de Renan Lodi y hacer el 1-0. Cabizbajo, fue a colocar el balón para el saque de centro, jaleando a los suyos con los brazos en jarra mientras esperaba a que los rojiblancos regresaran de celebrar.
Mientras penaba por recibir un balón -tardó 10 minutos en tener su primer contacto con el esférico en juego-, la grada no ahorraba cánticos despectivos en su contra. "Vikingos no, vikingos no... Ese portugués...", en cada acción en la que era protagonista.
Con eso y con todo, a la media hora se vio en posición de provocar el empate cuando vio un error del defensor atlético Reinildo Mandava, para salir al contragolpe, pero el mozambiqueño se rehizo a tiempo para proteger el balón y forzar una falta del 7 del United, que se quejó con ese gesto tan típicamente suyo de protestar con los dos brazos abiertos a la decisión del árbitro.
El colegiado, el rumano Ovidiu Hategan, no dudó en reconducir un de sus propuestas amenazando con una amarilla en una reprimenda que el luso aceptó a regañadientes. Apenas un disparo desviado desde fuera del área sería su pobre rédito en la primera mitad.
Tras el descanso el partido viró hacia un duelo más igualado, en el que cayó la presión local y el United pudo combinar con más fluidez, lo que redundó en disparos altos de Bruno Fernandes y Paul Pogba, pero no en ocasiones para Ronaldo.
Hasta que en el 77 un empujón de Herrera sobre Fred en las inmediaciones del área le dio la oportunidad de un golpe franco. Pasos largos hacia atrás, todo un estadio silbando, y su lanzamiento por encima del larguero se festejó como si de un gol rojiblanco se tratara.
Sin embargo, el festejo duró muy poco, porque apenas dos minutos después un error de la defensa rojiblanca acabó en un pase al espacio para Anthony Elanga, que se plantó delante de Jan Oblak e hizo el empate, congelando la noche del Metropolitano, que lamentó el remate al larguero de Griezmann en el 87' y se tuvo que conformar con un 1-1 que deja todo a resolver en Old Trafford.
RGS