El torneo, que se extiende al 20 de agosto, creció de los 24 equipos de la edición de 2019 en Francia a 32 y por primera vez se realiza en dos países, con nueve ciudades sede en Australia y Nueva Zelanda, tuvo dos partidos inaugurales.
El primero, Nueva Zelanda llegó al Mundial sin grandes pretensiones, después de cinco torneos seguidos sin una sola victoria pero en esta ocasión sorprendió a su rival, las noruegas.
Por el contrario, Australia, décima en el ranking mundial, llegó con expectativas de avanzar de la fase inicial. En su partido del jueves, las Matildas fueron más persistentes en el ataque y control del balón durante la primera parte, en que las irlandesas plantearon un cerrojo defensivo con rápidos contragolpes.
El esquema rindió frutos en los primeros 45 minutos para Irlanda, debutantes en un Mundial Femenino mayor, mientras Australia acusó la ausencia de su delantera emblemática Sam Kerr, aquejada de una lesión de pantorilla que la tendrá alejada de las canchas al menos un partido más.
La defensa Steph Catley rompió el cerrojo mediante lanzamiento de penal al minuto 52, luego de que la atacante Hayley Raso fuera derribada en el área.
Irlanda modificó su disposición en los últimos 20 minutos, adelantando líneas en busca del empate, y logró poner en aprietos a la zaga australiana. El partido terminó con Australia cuidando la ventaja mínima en el marcador ante las arremetidas irlandesas.El torneo binacional va camino de batir récords de asistencia.
Las autoridades de la FIFA aseguran que ya vendieron 1 millón 375 mil boletos, más que en todo el Mundial de Francia-2019.
Sin embargo, todo indica que el grueso de esas entradas se vendió en Australia y en mucha menor medida en Nueva Zelanda, donde se percibe menos entusiasmo por el Mundial Femenino.
"El único mensaje que quiero dar es aprovechen el momento, siéntanse orgullosos de lo que han logrado aquí en Nueva Zelanda, en Australia", declaró en conferencia de prensa en Auckland el presidente de FIFA Gianni Infantino, quien urgió a los aficionados a comprar entradas.
La Copa del Mundo ampliada también mejoró el premio en efectivo, con 30 mil dólares para cada jugadora participante.
Para el entrenador de España, Jorge Vilda, el Mundial de Australia y Nueva Zelanda marca una evolución del fútbol femenino hacia un mayor profesionalismo.
"Cada Mundial y todos los Mundiales que vengan van a estar más igualados, porque la gente se prepara mejor, la distancia de las grandes selecciones es más corta, las jugadoras están cada vez más en la profesionalizacion", aseguró Vilda.
DAO