Barcelona, del triplete en 2015 a la ruina en 2021

Edición Fin de Semana

En diciembre de 2015 los culés cerraron el año con la conquista del Mundial de Clubes, pero desde entonces no han vuelto a lograr un ciclo ganador y el futuro no luce alentador

Barcelona ganó el triplete en 2015 (Reuters)
Higinio Robles
Ciudad de México /

El 20 de diciembre de 2015, el Barcelona cerró en el estadio de Yokohama (Japón) su segundo ciclo más ganador en su historia. El equipo catalán, que entonces era dirigido por Luis Enrique Martínez y presidido por Josep Maria Bartomeu, venció al River Plate en la final del Mundial de Clubes, con lo que sumaron cinco títulos en el año: Liga, Copa del Rey, Champions League, Supercopa de Europa y el Mundialito.

Aquella noche fue, hasta hoy, la última jornada de alegría que tuvo un equipo que poco a poco empezó a vivir sus últimas jornadas de gloria, sobre todo en la Champions. Es cierto que los culés son el único equipo español que cuenta con dos tripletes, el último gracias al vencer a la Juventus en la final de Champions, con una soberbia actuación del triplete: Messi, Suárez y Neymar. Uno de los mejores ataques en la historia del futbol.

Sin embargo, después de esa conquista, el equipo catalán ha ido acumulando decepciones en Europa, ha sido maltratado por la Roma, el Liverpool, el Bayern Múnich y el París Saint-Germain. No levanta la cabeza y poco a poco se han ido del club jugadores que marcaron una época. Ese año fue el último de Xavi Hernández, después se fue Andrés Iniesta, incluso Neymar se mudó a Francia. Y la estela de Messi no le valió para competir en un torneo que exige el máximo nivel.


El desplome deportivo

Lo que se pensaba podía ser un ciclo ganador, empezó a convertirse en una cadena de sufrimiento. Es verdad que en La Liga, el Barcelona se ha mantenido como un club con cierto dominio. Después de su última Champions (2015) suma tres ligas de seis posibles, con lo que su hegemonía también ha pasado a ser discutida. Ha ganado, también, cuatro Copas del Rey, torneo del que es el máximo ganador.

Pero es en la Champions donde se calibra a los grandes clubes de Europa y ahí, el Barça no solo ha quedado a deber, sino que ha sido maltratado. El Atlético de Madrid (2016, cuartos de final); Juventus (2017, cuartos de final); Roma (2018, cuartos de final); Liverpool (2019, semifinal); Bayern Múnich (2020, cuartos de final) y París Saint-Germain (2021, octavos de final), son los equipos que le han impedido trascender en el máximo torneo continental.

A lo largo de esas temporadas, el Barça ha ido perdiendo peso con la marcha de jugadores que le daban un nivel especial. En el verano de 2017 Neymar se fue al PSG, empezó a perder talento y desequilibrio. En el 2018 se marchó Andrés Iniesta, se fue un pedazo del escudo, un líder moral y futbolístico, creación de juego, y magia sobre la cancha. Y en 2020 se fueron Luis Suárez e Ivan Rakitic, gol y pulmones en el equipo; el resultado, solo se ganó una Copa del Rey.

Para la temporada que hoy inicia, para el Barça, el proyecto deportivo empieza de nuevo, ahora de cero totalmente y sin el amparo de Messi, el jugador al que se aferraron en los últimos seis años. El Barcelona debe reconstruirse desde sus cimientos, ya lo ha hecho antes y hoy está obligado a hacerlo, la marcha de Messi puede traer algo bueno: la reinvención de un equipo que actúe como tal y no que dependa de un jugador.


El desplome económico

A los problemas deportivos del Barcelona se le deben sumar también los económicos, que tienen una amplia repercusión en lo que ocurre actualmente con el conjunto catalán. Messi se fue porque no se podía inscribir su contrato en La Liga por las condiciones económicas del Barça que, dicho en sentido llano, está en quiebra, con una deuda de más de 400 millones de euros, con pérdidas que se van incrementado y con su valor de marca también en caída.


La salida de Neymar en 2017, dejó en las arcas del Barça 222 millones de euros, pero el club, lejos de meditar sus inversiones en fichajes que le fueran a dar un salto de calidad, salió a gastar para compensar las pérdidas y los clubes que le vendieron lo exprimieron sin miramientos. Gastó 105 millones de euros en el francés Ousmane Dembélé. Y en enero de 2018 fichó al brasileño Philippe Coutinho por 160 millones de euros.

El asunto es que ninguno de los dos jugadores le pudo dar ese crecimiento de calidad deportiva al Barça; a Dembélé las lesiones no le han dejado y a Coutinho le costó la adaptación, incluso salió del club y ganó la Champions con el Bayern, volvió al club, pero de nuevo no pesó y una lesión le dejó sin jugar gran parte de la temporada.

Y en 2019 firmaron al francés Antoine Griezmann por 120 millones de euros, el Principito ha dejado su cuota de esfuerzo, pero no se ha visto la explosión de jugador que se esperaba, un tanto irregular, pero con la confianza de que pude ser el líder del nuevo proyecto.

La directiva culé fue manteniendo la plantilla, pero a costa de grandes salarios y con contratos de larga duración, la pandemia de covid-19 vino a sacudir (como a todos los clubes) sus finanzas, las rebajas salariales no bastaron, desde dentro del club se generó una inflación del mercado. Al punto de que hay informaciones que apuntan que incluso sin Messi su masa salarial rondaría los 600 MDE, mientras que la del PSG, con Neymar, Messi, Mbappé, Donnarumma, Wijnaldum y Ramos estaría cerca de los 400 MDE. De ese tamaño fue el mal manejo directivo de la junta directiva de Josep Maria Bartomeu.

El nuevo ciclo que hoy inicia el Barcelona contra la Real Sociedad marca la refundación del Barcelona, su tarea es salir de la ruina económica.

FCM

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