El Barcelona de Pep Guardiola fue un equipo que cautivó al mundo, muchos han dicho que fue el técnico de Sampedor llevó a cabo una revolución futbolística. El legado de Pep será eterno, a partir de su 4-3-3 confeccionó un equipo al que siempre se buscó imitar, pero nadie lo hizo y todos terminaron rindiendo pleitesía.
Pep llegó al Barcelona al inicio de la temporada 2008-09, cuando el entonces presiente Joan Laporta lo eligió para el cargo por encima de Jose Mourinho. Sobre la capacidad de Guardiola había dudas, el entorno lo veía un tanto verde para tomar semejante equipo, pero Pep no dudó fue fiel a su creencia y poco a poco cautivó al mundo.
Esa primera temporada fue para enmarcar. El Barça se construyó a partir de la figura de Lionel Messi, a quien Pep le encontró el sitio para que fuera un jugador determinante. El juego de posesión y de posición pasó a ser un manual del futbol exquisito, la presión adelantada, los extremos abiertos, la figura del falso nueve, la salida limpia con los centrales… conceptos que cobraron relevancia en aquella primera temporada de Guardiola.
Aquel equipo en el que brillaban Víctor Valdes, Dani Alves, Carles Puyol, Rafael Márzquez, Eric Abidal, Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Xavi Hernández, Thierry Henry, Samuel Eto'o y Lionel Messi fue una máquina del futbol tanto ofensivo como defensivo, un estilo que se vio coronado con títulos.
La Liga prácticamente la ganaron en el Santiago Bernabéu, cuando golearon 2-6 al Real Madrid. La Copa del Rey se la ganaron al Athletic de Bilbao, la Champions League al Manchester United, la Supercopa de España al Athletic de Bilbao, la Supercopa de Europa al Shakhtar Donetsk y en el Mundial de Clubes se impusieron el Estudiantes de La Plata.
Seis títulos, primer equipo en la historia que lograba semejante conquista, todos los torneos en los que compitió acabaron en las vitrinas. El Barça de Pep Guardiola fue el primer super campeón. Una hazaña que otros equipos rozaron, pero nadie pudo igualar… hasta ahora.
El rodillo alemán
En el invierno de 2019, el Bayern Múnich cesó del cargo de entrenador a Niko Kovac, en su lugar se nombró de manera interina a Hans Dieter Flick, un ex jugador del club y un entrenador que había tenido su paso en equipos de divisiones inferiores y también había sido el asistente de Joachim Lowe en la selección alemana que ganó el Mundial de Brasil 2014.
Era el momento para dar un salto, y el Bayern confió en él. De inmediato, Hansi desarrolló su ideología, un estilo de juego que respetaba un juego de buen gusto, que priorizaba el ataque y la posesión, apostó por jugadores jóvenes como Alphonso Davies, Leon Goretzka y Kingsley Coman, entre otros. Además, respetó la jerarquía de los veteranos como Thomas Müller, Robert Lewandowski, Manuel Neuer o Jerome Boateng.
Poco a poco le dio la identidad al Bayern, que vivió una transformación y volvió a ser ese rodillo alemán que se llevaba por delante a sus rivales. Recuperó el terreno en la Bundesliga, y pese al parón por la pandemia estructuró un trabajo que le permitió volver en el mejor estado de forma física y futbolística.
Ganó la Bundesliga sin obstáculos, con una abrumadora ventaja sobre el Borussia Dortmund. En la Copa de Alemania venció al Bayer Leverkusen, en la Champions venció al París Saint Germain, con la nota sobresaliente de haber sido el primer equipo en la historia de la competición que ganó los 11 partidos que disputó. En la Supercopa de Alemania venció al Borussia Dortmund, en la Supercopa de Europa al Sevilla y este jueves logró el famoso sextete tras conseguir el Mundial de Clubes venciendo a los Tigres.
SFRM