Una genialidad de Pedro González Pedri en el minuto 72 de partido dio este domingo al Barcelona la victoria (1-0) ante el Sevilla, al que arrebata además la segunda posición en la clasificación de La Liga.
No era el mejor momento para que el Sevilla rompiese una racha de casi 20 años sin ganar en el Camp Nou. El conjunto hispalense ha ido perdiendo fuelle a medida que ha ido avanzando la temporada y llegaba a la cita con el Barca de Xavi tras encadenar tres empates en LaLiga y haber quedado eliminado de la Europa League.
Tampoco ha ayudado al equipo que Lopetegui fuera coleccionando bajas con el paso de las jornadas, las más importantes las de Fernando, en el centro del campo, y de Acuña en el lateral izquierdo.
De hecho, Rekik, el sustituto del argentino, sufrió esta noche de lo lindo para frenar a un eléctrico Dembélé, muy activo por banda derecha y que, junto a Ferran Torres y, por supuesto Pedri, llevó de cabeza a la zaga sevillana durante muchas fases del choque.
Y es que el Barca salió a por el partido desde el inicio, imprimiendo un ritmo endiablado al juego que le permitió llegar una y otra vez a las inmediaciones de Bono.
Pero eso, con el Sevilla, uno de los equipos más sólidos de la competición, no suele ser suficiente. Los andaluces regalaban las bandas mientras tapaban todas las vías de agua por el interior, con Koundé y Diego Carlos imperiales.
Y el conjunto azulgrana lo probaba sin puntería, con una rosca de Ferran Torres que no encontraba, por poco, la escuadra izquierda de la portería sevillista, otro disparo lejano de Pedri que se marchaba alto, una volea desviada de Jordi Alba y un cabezazo también alto de Frenkie de Jong a centro de Dembélé.
Con un genial Pedri al mano de las operaciones, puso cerco a la meta defendida por Bono, pero le faltaba precisión en los últimos metros.
Aún así, en la recta final de la primera parte, el portero sevillista por fin aparecía para atajar un disparo envenenado de Ferran Torres tras tocar en un defensa y otro cruzado de Aubameyang que paraba en dos tiempos.
El Sevilla, por su parte, desconectaba por momentos al Barça e intentaba acercarse a la meta e Ter Stegen cuando recuperaba el balón. Pero solo alguna acción aislada Martial, que caía a la izquierda una y otra vez para aprovechar la carencias defensivas de Alves, incomodaba a la zaga azulgrana.
Aun así, los visitantes se marcharon al descanso sin haber disparado ni una sola vez a puerta. Lo hizo Lamela al inicio de la reanudación, tras una internada por la izquierda de Ocampos, pero Ter Stegen atajaba el balón.
Sin embargo, seguía siendo el Barça el que dominaba el partido, con Pedri gustándose entre líneas y arrancando los aplausos del Camp Nou cada vez que se inventaba una jugada que casi siempre acaba sin rematador.
Pasada la hora de juego llegarían las más claras para el conjunto azulgrana. Bono sacaba un disparo a bocajarro de Ferran Torres tras un pase al primer toque de Dembélé, un cabezazo de Araujo y un disparo de Piqué. El propio Piqué cabeceaba al larguero un córner en la jugada siguiente y Dembélé remataba un balón mordido dentro del área que se marcha fuera por poco.
El Barça estaba volcado a por la victoria y el Sevilla empezó a tener más espacios para buscar a Ter Stegen, que debía intervenir en un tiro de Martial y veía como un lanzamiento de falta de Rakitic rozaba la escuadra derecha de su portería.
Pero entonces aparecía de nuevo Pedri, para recoger una pelota desde la frontal y volver a parar el tiempo, como en Estambul. Dos fintas, dos amagues, dos pequeños escorzos con su cuerpo menudo bastaban para hacer que dos defensas cayeran desplomados a su paso antes de cambiarse el balón de pierna y cruzarlo con un latigazo seco al palo largo sin que Bono pudiera alcanzarlo.
El golazo de Pedri, a dieciocho minutos para el final, desataba la locura en la grada y también entre sus compañeros, que corrían como locos a abrazar al joven talento canario.
Con el Camp Nou entregado a su nuevo ídolo, el Barça tuvo el segundo en la enésima conexión entre Dembéle y Ferran que volvía a abortar un sensacional Bono.
Pero el Sevilla también pudo empatar en el descuento, cuando Ter Stegen enmendó una mala salida de puños evitando el tanto en el remate posterior de un recién ingresado Agustinsson.
RGS