El Clásico de LaLiga llega en un momento crucial, con entornos bien diferentes y en una semana en la que las tertulias se enfocan en lo que pasará en el Santiago Bernabéu. Se debate si el equipo de Carlo Ancelotti -invicto aún en la competición- será capaz de poner un alto al arrebato del conjunto de Hans Dieter Flick, que llega como líder indiscutido al partido más eléctrico de los últimos años.
Hacía tiempo que no se esperaba con tanto morbo un duelo entre dos colosos del futbol europeo, sobre todo porque el Barcelona no vivía una bonanza futbolística como la que ha encontrado con el estratega alemán, también porque ya hacía un buen tiempo que el Real Madrid no lucía tan desnortado en la competición casera.
Mientras el Barça destila certeza en el césped, el Madrid es un mar de dudas. Los culés han encontrado en La Masía la fórmula perfecta para aplacar la crisis, los chicos de cantera tiran del equipo, muestran desparpajo, atrevimiento, rebeldía, pero sobre todo, la marca de la casa, es decir: buen futbol.
En cambio, los merengues siguen echando de menos a Toni Kroos, extrañan sobre manera la pausa y la proyección que daba el mediocampista alemán, esa capacidad inigualable que tenía para ser el arquitecto del juego blanco con su cambio de orientación o el pase al espacio. Solo alcanzable por Luka Modric, pero al croata, estas batallas ya le pasan factura.
Semana Champions
Las dudas que ha dejado el Madrid en LaLiga las despejó en el segundo tiempo del juego contra el Borussia Dortmund, 45 minutos en los que apareció el viejo Real, comandado por el voraz instinto de Vinicius que tras marcar un hat-trick ha sacado cita para el Clásico. Si Mbappé no acaba de aterrizar en Chamartín, la afición blanca puede encomendarse a Vini, quien llega como fino estilete y con ganas de lastimar a la defensa culé y de poner a prueba el riesgo con el que suele jugar la zaga blaugrana al filo del fuera de juego.
Para el Barça esta semana estaba marcada en rojo, porque previo a Chamartín aparecía en el calendario la Champions y el duelo contra el Bayer Múnich, ese cuadro alemán que se había convertido en su peor pesadilla, pero los culés se encargaron de ajustar las facturas pendientes, golearon sin reparo al conjunto muniqués con una gran exhibición de Raphinha y llegarán al Bernabéu con la moral en alto para buscar dar un golpe de autoridad.
Apuestas abiertas
La clasificación no miente, las sensaciones tampoco, el Barcelona vive en estado de gracia, hace unos meses el club pasó a un estado de orfandad con la salida de Xavi, las dudas de postraron sobre Hansi Flick porque el alemán no tiene el código genético del Barcelona, pero lo que ha entregado es un equipo que destila futbol del bueno, con una presión agobiante y con una pegada descomunal.
El Real Madrid ha venido sobreviviendo por su tremendo cuadro de cromos que posee, pero el futbol no llega como se esperaba, las piezas no terminan de encajar, sobre todo en ataque, se esperaba que a estas alturas fuera un equipo que metiera miedo, es cierto, asusta cuando uno ve sus nombres, pero no intimida cuando empieza a rodar la pelota.
La construcción del Barcelona va viento en popa, los chicos culés, con Lamine Yamal a la cabeza se meten al Santiago Bernabéu, se examinan ante el actual campeón de Liga y campeón de Europa, si hay un escenario que motive al barcelonismo para avisar que están listos para los grandes compromisos es conquistar el campo blanco.
El Madrid se está amoldando, es un equipo hecho al que le falta encontrar el rodaje, la visita del actual líder, que ha causado tan buena impresión en estas semanas, es el incentivo perfecto para superar el mal arranque, quedarse a seis puntos de los jóvenes culés no es algo que pase por su cabeza. El Clásico llega como un partido de máximo valor.
RGS