Kevin-Prince Boateng es nuevo fichaje del FC Barcelona para lo que resta de campaña, quien iniciará su segunda aventura en el futbol español después de un exitoso paso por la UD Las Palmas, club que dejó en agosto de 2017 de forma sorprendente.
El mayor de los hermanos Boateng -cumplirá 32 años el próximo mes de marzo-, adujo entonces razones personales irreversibles, por la lejanía de su mujer y sus hijos, para abandonar la entidad isleña en la víspera de visitar al Valencia.
Prince solo estuvo una temporada de amarillo, pero dejó huella tanto en el vestuario como en una afición que, el día de su flamante presentación, se citó en número aproximado a 6 mil en el Estadio de Gran Canaria.
El internacional ghanés, de la mano del entonces técnico Quique Setién, dio un salto de calidad superlativo a la plantilla canaria. Para el recuerdo quedará un gol antológico marcado en el estadio del Villarreal, con Tana y Jonathan Viera como socios de una jugada más propia de vídeo juego que de fútbol real.
Con su rendimiento, más que notable, Boateng calló a aquellos que habían puesto en duda la idoneidad de su fichaje, calificado por el propio club como el más mediático en la historia de la entidad, aunque el ghanés aterrizaba en la isla salpicado por varios episodios extradeportivos.
Su expulsión del Schalke 04 alemán en 2015 por bajo rendimiento, o del equipo nacional de Ghana por insultar al seleccionador, eran solo algunos ejemplos del turbio pasado con el que llegaba un futbolista rebelde a un club humilde como Las Palmas, que había dado un golpe de efecto con su fichaje.
Sin embargo, con su fútbol y con sus goles -fue el máximo realizador del equipo con diez tantos-, Prince recondujo en Gran Canaria su vida personal, su carrera deportiva y lavó su dañada imagen, después de haber militado en grandes clubes de Italia, Inglaterra o Alemania.
La Unión Deportiva se había reservado una opción unilateral para prorrogar su contrato, pero no quiso ejercerla sin consultar con el jugador, quien dio el sí y se comprometió por tres temporadas.
Por eso, su marcha cogió por sorpresa a todos, aunque su gran rendimiento le hizo encontrar un rápido destino en el Eintracht Frankfurt, con el que se proclamó campeón de la Copa de Alemania, para firmar después por el Sassuolo italiano, del que llega ahora al Barcelona para intentar volver a demostrar que, como ocurrió en la UD Las Palmas, no se han equivocado al apostar por él.