Solo una nación en el mundo puede presumir ser el primer campeón en la historia del futbol. Si bien el deporte era muy distinto en cuestiones técnicas, tácticas, de tecnología y velocidad hace 90 años, el mérito es el mismo en los libros y a los charrúas nadie les quita ese orgullo.
Aquella primera final en el legendario Estadio Centenario tuvo sus particularidades. Más allá de la remontada uruguaya ante Argentina en el más importante clásico rioplatense, hay anécdotas como la de los dos balones o la discapacidad del anotador del último gol y primer gol en la primera edición mundialista.
Ambas naciones querían jugar con su propio balón. Se lanzó la moneda al aire, pero aún así se cuenta que se jugó cada tiempo con cada una para tener contentos a las escuadras finalistas. Desde un inicio eran las naciones favoritas para llegar al decisivo partido, pero tras la victoria de Uruguay 4-2 ante Argentina, nació cierta tensión social y política entre ambos países, hoy se trata de una rivalidad histórica en el futbol.
El nombre del primer héroe mundialista fue Héctor Castro. A los 13 años había tenido un accidente laboral cuando una sierra eléctrica le cortó el brazo, por lo mismo era apodado "el divino manco". Ni eso impidió que se dedicara al futbol, camino que lo llevaría a ser el encargado del primer gol de Uruguay 1930 y del último con el cuarto tanto a la albiceleste, que como no había cambios terminó con ocho jugadores por lesiones.
RGS