Cruz Azul se pone serio, La Máquina no dio espacio a la duda, aseguró su pase a los cuartos de final de la Cocachampions al vencer 3-1 al Forge de Canadá, un equipo deseoso, pero que está lejos de competir de tú a tú con un equipo de la pasta del cuadro celeste. El pelotón de Juan Reynoso tuvo una noche serena, en la que incluso pudo haber marcado más goles, pero le faltó tino.
La Máquina salió convencida y decidida a dar un paso firme a los cuartos de final, no quiso tener una noche de claroscuros ni sorpresas y muy pronto dejó claro que se iba a poner serio. En una pelota parada cobrada por Otero, el venezolano encontró a Ángel Romero, el paraguayo se barrió para conectar el balón y mandarlo al fondo apenas al minuto 5. El paraguayo aprovechaba su primer juego como titular con La Máquina.
Muy pronto se le puso el partido de cara al equipo de Juan Reynoso, quien movió su equipo y le dio juego a algunos futbolistas que les hace falta coger más ritmo de competencia y también ganar confianza. Le dio descanso a Domínguez, Lira y Charly Rodríguez y los que entraron sabían que era el momento para avisar que se puede contar con ellos en cualquier momento.
Con la ventaja, La Máquina dominó le partido, controló a un equipo que no tenía muchas intenciones de atacar, y es que el Forge no se mostraba peligroso, aunque necesitaba goles para meterse en la serie no se vio atrevido, ese no era su plan, porque si lo hacia se iría goleado.
Era cuestión de tiempo para que llegara el segundo de los celestes y así pasó al 22’, cuando Baca tomó una pelota en las afueras del área, el mediocampista sacó un fuerte tiro con la derecha, que tuvo la complicidad del portero Triston Henry, quien no supo meterle la mano al balón para desviarlo.
No comparecían los canadienses, pero cuando vino un momento de relajación de los celestes, los visitantes encontraron petróleo, tras un desborde por derecha, una diagonal acabó en los pies de David Choiniere, quien al verse un tanto solo le pegó raso con derecha y venció a Jurado, un gol que le daba cierta vida a los canadienses en el juego y que invitaba a La Máquina a no relajarse y a mantener la atención en el duelo, porque un descuido le pudiera dar mayor confianza a los visitantes.
Mantenía el control del juego el conjunto celeste, seguía tratando de hacer daño, con Romulo tratando de ser un satélite en el juego ofensivo, pero los canadienses no tomaron valor, volvieron a su plan original de replegarse, cedieron completamente la iniciativa, su apuesta pasaba por esperar algún error de los celestes y por una contra.
Justo antes del descanso La Máquina capitalizó su dominio y puso tierra de por medio, apagó cualquier esperanza del Forge; Mendoza ganó un rebote, el Quick observó y colgó la pelota en el área, ahí apareció Juan Escobar, el defensa paraguayo tiene una conexión especial con el gol y llegó al punto de remate para lanzarse de palomita y mandar con un cabezazo la pelota al fondo al 44’.
Para el complemento Reynoso le dio juego al chileno Iván Morales en lugar de Giménez, para que el sudamericano se meta en la dinámica lo más pronto posible. El control del partido seguía del lado celeste, La Máquina no se vio agobiada y de nuevo Reynoso le movió al equipo en el centro del campo.
Sobre llevó el partido el equipo celeste, que ya no vio comprometida su ventaja, incluso se perdió el cuarto en un par de ocasiones. La Máquina empieza a engranarse y sus jugadores más recientes poco a poco toman confianza, y eso lo hace un equipo más peligroso para lo que viene en la Liga y también en Concacaf.
MGC