La selección de Ucrania prolongó su sueño mundialista y peleará el próximo domingo con Gales en Cardiff por el último billete europeo en juego para el Mundial de Qatar 2022, tras imponerse este miércoles por 1-3 a Escocia en la semifinales de una repesca en la que los jugadores ucranianos además de su calidad futbolista mostraron su entereza para sobreponerse a la guerra que se vive en su país.
"Este encuentro es mucho más que un partido de futbol para nosotros. Ir al Mundial sería muy importante para Ucrania en este momento", señaló la leyenda del fútbol ucraniano Andriy Shevchenko, presente en las gradas de Hampden Park.
Y es que como añadió el exjugador del Milan los de Oleksandr Petrakov no jugaban este miércoles sólo por una plaza en el Mundial, sino por todo un país, "por todos los que están en casa, por todos los que defienden el país y por todos los que se han tenido que marchar a causa de la guerra".
Una "motivación increíble", como la calificó Shevchenko, que llevó a los jugadores ucranianos a afrontar la contienda con una inusitada agresividad en un equipo con fama de talentoso, pero excesivamente frío.
De hecho, apenas habían transcurrido diez minutos de juego cuando los futbolistas ucranianos ya acumulaban dos tarjetas amarillas, en una clara demostración de que a intensidad nadie podía ganar este miércoles a Ucrania.
Si a empuje Escocia no podía competir con los visitantes, mucho menos en calidad a la hora de manejar el balón, gracias a la presencia en la medular de jugadores como Oleksandr Zinchenko, Ruslan Malinovsky o Andriy Yarmolenko.
Una clara diferencia de talento que no tardó en decantar la contienda a favor del conjunto ucraniano, que a los ocho minutos de juego ya pudo adelantarse en el marcador en un remate Viktor Tsygankov, que obligó a lucirse al guardameta escocés Craig Gordon.
No fue la única ocasión en la que el portero del Hearts salvó a su equipo, ya que en el minuto 17 Gordon volvió a desbaratar una clara oportunidad de Yarmolenko para establecer el 0-1.
Nada pudo hacer, sin embargo, el cancerbero escocés por impedir que finalmente Yarmolenko adelantase a Ucrania en el marcador (0-1) al culminar con una sutil vaselina un sensacional pase en largo de Malinovsky a la espalda de la zaga local.
Un gol que reflejó la superioridad de Ucrania sobre una selección escocesa que apenas logró generar peligro en toda la primera mitad, salvó en alguna que otra esporádica jugada a balón parado.
Oscuro panorama que el seleccionador escocés Steve Clarke trató de cambiar al inicio de la segunda mitad con la entrada al terreno de juego de Ryan Christie, el jugador que con su gol en Serbia permitió a Escocia lograr el billete para la pasada Eurocopa.
Pero ni la presencia del centrocampista del Bournemouth pudo impedir que Ucrania doblase su ventaja en el tanteador a los cuatro minutos del inicio del segundo tiempo con un gol del delantero Roman Yaremchuk, que estableció el 0-2 al rematar de cabeza un centro desde la banda derecha de Oleksandr Karavaev.
Resultado que obligó a Escocia, que no juega la fase final de un Mundial desde el lejano 1998, a volcarse, eso sí con más corazón que con juego, sobre el área rival en busca de un tanto que le devolviese sus esperanzas clasificatorias.
Un gol (1-2) que llegó finalmente a falta de once minutos para la conclusión en un fallo del portero ucraniano Georgi Bushchan, que ya había dado con anterioridad muestra de su escasa fiabilidad, al dejarse escapar de la manos un remate del centrocampista Callum McGregor.
Sin embargo, nado pudo impedir que Ucrania no sólo resistiese el asedio final del conjunto escocés, sino que ampliase todavía más su ventaja (1-3) con un gol en el tiempo de prolongación de Artem Dovbyk, que prolongó el sueño mundialista con el que los futbolistas ucranianos quieren hacer olvidar por un momento a sus compatriotas el horror de la guerra.
MGC