"Ser del Barcelona es alegría por los colores, por ver un partido pese a que se gane o se pierda. Es distracción y diversión por conseguir o comprar algo, por contactar gente o por conocer jugadores y ex jugadores. Es un sentimiento de alegría, diversión y tranquilidad", así define Fernando Cotera ser coleccionista y aficionado del club blaugrana.
Para Cotera, el Barca es un equipo con mucha historia. Se apegó al club gracias al ejemplo que le inculcó su hermano y por una camiseta que le obsequiaron a los seis años. Fue amor a primera vista. Ahora posee una extensa colección con más de mil 500 piezas guardadas en el "Rincón de Fer".
Más de 40 años colección
El "Rincón de Fer" es una habitación dentro de su casa donde guarda más de mil 700 piezas del Barcelona, desde camisetas balones, banderas, fotografías y hasta peluches, figuras de colección y un asiento del antiguo Camp Nou. Para él, es un "santuario" donde disfrutar de los encuentros del club o relajarse.
"Le empecé a ir al Barcelona por esa primera camiseta, todavía la tenemos, es un tesoro. La tengo desde la temporada 1984, yo nací en 1978. La tengo bien cuidadita, uno de mis enanos (sus hijos) ya se la quiere quedar, pero le dije que no. Él la quiere para salir a jugar con sus cuates, pero le digo que no, esa se queda guardada".
"En México, en aquel tiempo, muchos eran aficionados del famoso rival, por Hugo Sánchez, pero yo me identifiqué con los colores. Me gustó tanto el Barcelona que hoy me emociono con él. Ganando o perdiendo, la pasión se ha ido incrementando", expresó Cotera.
Si bien la colección era de puras camisetas, Cotera comenzó a interesarse en otros objetos. "Podemos encontrar de todo tipo de cosas, no me fui solo por camisetas, tengo varios artículos relacionados al Barca, raros, diferentes, extrañas, cosas de colección. El coleccionismo se agrandó porque los colegas de muchas partes del mundo te van regalando cosas. Eso es lo padre, vas conociendo mucha gente".
De generación en generación
Bien dicen que las tradiciones ayudan a prevalecer la cultura entre generaciones; en este caso, para Fernando Cotera su objetivo es inculcar a sus hijos la pasión por el Barcelona.
De madre y hermano barcelonistas y de padre racinguista (aficionado del Racing de Santander), el coleccionista asegura que convirtió a sus pequeños y a su esposa en aficionados blaugranas; aunque de entre todos su primogénito, de nombre Ferran, comparte la misma locura por los colores.
"Hay veces que toca ver los partidos a la hora de la comida en fin de semana. Si te dicen 'hay que ir a comer a otro lado', te toca verlo fuera de casa. Pero si no es así, el partido es verlo en este sitio (en el Rincón de Fer). Aquí los vemos junto con mis hijos, aunque el más chico no aguanta el partido completo. Pero Ferrán y mi esposa Jessi nos sentamos y los disfrutamos con una botanita".
Un pedazo de historia
La historia es una parte fundamental para que un equipo sea reconocido como grande. En su colección, Cotera se enfoca en recaudar objetos antiguos, desde camisetas de los años sesenta hasta firmas de jugadores que estuvieron en el equipo durante los años mozos del barcelonismo.
"No me enfoco a temporadas nuevas, sino a la historia. Mis amigos me hacen burla de que soy muy vintage, de conseguir cosas antiguas, pero es muy padre. Me gusta conseguir firmas o dedicatorias de un jugador de los setenta más que de uno nuevo porque, tarde o temprano, lo puedo conseguir".
Entre su colección rondan preseas que guarda con mucho cariño como una camiseta firmada por Messi, una foto con Johan Cruyff y otra con Juan Manuel Asensi. Aunque para él lo que le da valor a un objeto el peso histórico y la dificultad para obtenerlo; por ejemplo, una almohadilla que rentaban en las afueras del Camp Nou en los años cincuenta.
"Son casi 70 años del puestito que te las rentaba para que no te sentaras en el cemento de las gradas, en los primeros años del Camp Nou. La rentabas para el partido y luego la regresabas. Solo trae los colores, pero dices 'qué padre que lo tengas'".
La peña del Barcelona en México
A raíz de su deseo por conseguir más objetos, Cotera creó un club de aficionados del, la Peña Rincón del Barcelona en México. Esta inició con sus operaciones en 2015 y ahora tiene casi nueve años de operación con un promedio de 100 a 120 miembros por año.
"Tenemos socios en varias partes de la república mexicana, la mayoría es de la Ciudad de México. Como me mudé a Mérida, Yucatán, estoy haciendo una extensión para reunirnos.
"Desde que se fundó la peña, hubo un boom fuerte porque el Barcelona ganaba mucho, desplegaba un futbol muy bonito y la gente se fue haciendo del Barcelona, en especial los chiquitos y eso es lo que buscamos: inculcar a los pequeños y que tienen que seguir, no solo cuando se gana".
El Barcelona es tranquilidad
Después de trabajar, Cotera llega a su rincón y se sienta a platicar sobre su amor por el Barcelona. En este sitio encuentra paz; encuentra recuerdos de la primera vez que pisó el Camp Nou a sus 20 años, o la primera vez que vio un juego del Barcelona en dicho estadio, en plena temporada del sextete.
"Irle al Barcelona es tranquilidad porque te relaja porque te gusta. Vengo aquí, al "Rincón de Fer", y me siento tranquilo. Vienes tenso del trabajo o con problemas de casa, y a lo mejor ese día te llegó un paquete y dices 'es hora de colocarlo', aunque para colocarlo tengo que quitar 25 para que quepa. Esto es distracción y paz".