Domingo a mediodía en el Estadio Akron, los rayos del sol iluminan por completo el terreno de juego en el cual Chivas y Athletic Club de Bilbao disputan el partido de vuelta del Trofeo Árbol de Gernika. El calor abunda en las tribunas al igual que las camisetas rojiblancas, mismas que decoran el inmueble a través de 35 mil asistentes.
Es una tarde emotiva, se enfrentan dos clubes que además de compartir colores llevan en común el sentimiento de identidad y pertenencia de su respectiva gente. Mientras se acerca la hora del silbatazo inicial la afición del Guadalajara va llegando en grupos; amigos, parejas y familias como la de Germán Sanchez Rosales, quien asistió en compañía de su esposa e hijo y compartió su opinión respecto al juego.
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“Muy bueno que le den más relevancia y empuje a ese tipo de clubes con gran tradición y además con esto pueden aprovechar la cantera como lo ha estado haciendo Chivas de gran manera”, expresó.
Su hijo Mateo con alrededor de diez años de edad aseguró sentirse emocionado principalmente por ver el debut de Erick Gutiérrez y la vuelta de Alexis Vega con los tapatíos tras una lesión en la rodilla.
Los “Leones” tampoco estaban solos, una gran cantidad de sus aficionados fueron llegando al inmueble con banderas y sombreros de torero al característico grito de “¡Aupa Athletic!”. Entre ellos se encontraba Salvador Acha, quien realizó el viaje para alentar a los suyos en el compromiso.
“Somos dos equipos con mucha tradición, mucha solera en el futbol, cada uno en sus respectivas ligas. Además de las similitudes en los colores tenemos esa especial coincidencia de querer jugar únicamente con gente de nuestra tierra. El Athletic ya tiene mucho tiempo jugando con canteranos y gente formada en el país vasco y da gusto ver que Chivas hace lo mismo a su manera”, mencionó.
Además resaltó la urgencia de preservar las tradiciones y costumbres de los clubes alrededor del mundo, mismas que en el deporte contemporáneo cada vez son menos frecuentes.
“El futbol es de los aficionados y ellos necesitan sentirse identificados con su equipos. El deporte local, formar talento, darle oportunidad a los jóvenes, es todo muy importante. Me parece necesario que haya clubes como estos tan identificados con sus valores e identidad”, agregó.
En su regreso a México tras medio siglo de ausencia el Athletic de Bilbao jugó con su uniforme de local gracias a una cortesía del “Rebaño Sagrado”, ya que durante la ida en San Mamés ellos habían usado su principal indumentaria.
Prácticamente desde el inicio del partido se reflejó la falta de ritmo en el conjunto vazco, Chivas abrió el marcador en el primer cuarto de hora pero eso no hizo que cesaran los cánticos de la afición visitante, misma que formando un solo grupo estaba ubicada en la media cancha de la tribuna inferior.
El Guadalajara hizo su tarea y consiguió empatar el marcador global con goles de sus canteranos Pável Pérez y Yael Padilla, la tensión fue creciendo en los últimos minutos y aún más al oírse el silbatazo final, había tanda de penales.
Ambos equipos acertaron sus primeros dos cobros mientras Veljko Paunovic y Ernesto Valverde observaban cómodamente desde sus respectivos banquillos, esto no dejaba de ser una fiesta deportiva.
El estadio se vino arriba cuando Raúl García estrelló su penal en el travesaño al intentar hacer una “Panenka”, acto seguido Jesús Brigido convirtió, dejando todo en manos del joven guardameta Raúl Rangel.
Comenzó el grito unificado de “portero, portero” antes del cobro de Unai Vencedor, mismo que ejecutó al costado derecho pero “Tala” detuvo a ambas manos para darle a Chivas el trofeo Árbol de Gernika.
Pese a la derrota los “Leones” realizaron una vuelta al terreno de juego para despedirse de sus aficionados mientras eran aplaudidos también por la gente del rebaño en agradecimiento a un buen espectáculo, al final todo acabó en apretones de mano y deseando buena suerte para el futuro de ambos lados mientras los presentes se retiraron del inmueble entonando sus respectivos cantos.
JMH