La futbolista de la selección española, Jenni Hermoso, declaró en la Fiscalía General del Estado (FGE) y formalizó su denuncia contra el ahora suspendido presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, por el beso en la boca no consentido que le dio durante la entrega de medallas del Mundial en Australia, que ganó el seleccionado ibérico.
Hermoso presentó la “denuncia expresa” ayer, y de inmediato la Fiscalía de la Audiencia Nacional anunció que presentará querella a la mayor brevedad posible, según confirmó el Ministerio público. Sin embargo, hasta el momento no ha trascendido ningún extremo de esa declaración ante la Fiscalía al ser materia reservada.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional considera que los hechos podrían suponer un delito de agresión sexual y había ofrecido a la jugadora la posibilidad de denunciar lo sucedido. Finalmente, la denuncia se produjo en la sede de la Fiscalía General del Estado “para proteger la privacidad de la víctima”.
Fue el pasado 28 de agosto cuando la Fiscalía de la Audiencia Nacional decidió abrir diligencias de investigación preprocesales en relación a ese hecho al entender que podría ser constitutivo de un delito de agresión sexual.
Además, en ese mismo decreto, la teniente fiscal, Marta Durántez, anunciaba que se dirigiría a la jugadora para ofrecerle emprender acciones legales.
Este paso de la Fiscalía se producía a la vista de las “manifestaciones públicas” realizadas por la jugadora, de las que deducía que sostenía que el acto sufrido por la misma y llevado a cabo por Rubiales no fue consentido.
"Atendido el momento extraprocesal en el que nos encontramos y lo inequívoco de sus declaraciones, es preciso determinar la trascendencia jurídica de las mismas”, según Durántez.
El decreto de la teniente fiscal llegó tras conocerse que la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Provincial de Madrid habían remitido a la Audiencia Nacional las diferentes denuncias presentadas contra Rubiales por particulares y asociaciones por el beso a la jugadora, dado que el asunto, al ocurrir fuera de territorio español, es de su competencia.
La teniente fiscal recogía además en su decreto un textual de las declaraciones públicas realizadas por la jugadora de la absoluta en las que aseveraba que el beso "ni mucho menos (...) fue consentido" y que se sintió “vulnerable y víctima de una agresión”.
A finales de agosto, en la Asamblea Extraordinaria de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Rubiales anunció que no iba a dimitir como presidente de este organismo alegando que lo que se estaba ejecutando era un “un asesinato social” contra su persona. Sostuvo que el beso en la entrega de premios fue “espontáneo, mutuo y consentido”.
El mismo día, la jugadora salió al paso con ese comunicado que citaba la teniente fiscal en el que desmintió al presidente. Al tiempo, denunció además presiones de la Federación para cambiar su relato.
El 26 de agosto la FIFA anunció la suspensión “provisional” de Rubiales por un periodo inicial de 90 días, en virtud del artículo 51 de su Código Disciplinario, “de toda actividad relacionada con el fútbol a nivel nacional e internacional”, mientras, dice la FIFA, “se tramita el procedimiento disciplinario abierto contra él”.
ZZM