La final de la Champions toma color. Estambul se alista para ser una fiesta, el torneo de clubes mueve millones de emociones. Acá llegan aficionados de todos lados del planeta, vivir un partido de esta naturaleza atrae de cualquier rincón. Se puede ver gente que viene de Los Ángeles, de Sudamérica y, por supuesto, de Europa.
Afloran las playeras del Manchester y del Inter, algunos las compran para entrar en sintonía, porque también es cierto que muchos se declaran aficionados del futbol, que no son simpatizantes de alguno de los clubes en particular, pero querían vivir la experiencia de la Champions, escuchar ese himno universal.
En Estambul convergen varias culturas, porque el futbol permite eso, la mezcla de personas de aquí y de allá, de tradiciones occidentales, con las mediterráneas. Todos esos ojos postrados en un partido que vende por sí solo, porque estando aquí, uno se da cuenta del alcance y la penetración que ha adquirido el Manchester City; el club estado ha logrado su propósito, Guardiola ha contribuido para ello, es un equipo que da gusto ver dicen varias personas.
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Pero el Inter no se queda atrás, los aficionados italianos también se hacen presentes en Estambul, llegan con la camisas de héroes de antaño y los de hoy, sobre todo de Lautaro, en quien ponen muchas de sus opciones para lograr el título.
En las calles de la capital se respira la fiesta, aparecen algunos aficionados del City en algunos bares ahí desatan la fiesta acompañada de cerveza y de una gran fe en que este año sea especial y alcancen el triplete.
Estambul respira futbol, dos tradiciones futbolísticas se ponen frente a frente, en las calles de la ciudad los anuncios del encuentro existen sobre todo en los puntos de mayor atracción turística, si no se puede ir al estadio que se vaya a diversos lugares a disfrutar del mismo.
Y es que aficionados de diversos países han podido disfrutar en la previa de la final de la Champions gracias a los patrocinadores del torneo, entre ellos OPPO, líder mundial en celulares.
Hay aficionados de ambos equipos que buscan boletos en la reventa, lo hacen con apuro y con nervio, algunos del City dicen que están dispuestos a pagar hasta 5 mil euros si es en una buena zona, “es un partido que va a quedar en la historia y hay que estar ahí”, dicen mientras levantan la cerveza, pero tienen miedo de ser víctimas de una estafa, algunos más vinieron para estar en el Fan Fest, si no se podrá ingresar al estadio, será el ambiente más cercano.
Los italianos responden con un cierto optimismo que su equipo ganará, no dan marcadores, se aventuran a que sea lo mejor que se pueda, para ellos, estar aquí es un acto de fe, porque están cerca de alcanzar un título que les daría el respeto de toda Europa. “Ganar, ganar sería extraordinario, es muy complicado, pero vamos con la ilusión de hacerlo”, dicen.
La fiesta toma color. Estambul se convierte de facto en el punto neurálgico donde todas las miradas estarán postradas para ver quién será en nuevo monarca del futbol europeo. La obsesión del City es indudable, la fe del Inter también.
ZZM