El Celta, con dos goles de Iago Aspas y con la titularidad de Néstor Araujo, logró una balsámica victoria en La Cerámica para aliviar su complicada situación clasificatoria al imponerse por 1-3 al Villarreal en un encuentro en el que nadie estuvo a un buen nivel y que deja muchas dudas en los locales.
No fue un buen partido y el marcador excede a la distancia entre lo ofrecido por ambos conjuntos sobre el terreno de juego, con un castigo excesivo para los locales .
Ningún equipo impuso su ley, pero el Celta aprovechó dos contras y un balón parado para llevarse los tres puntos y el Villarreal no fue capaz de confirmar su reacción tras neutralizar pronto el 0-1 a favor de los visitantes.
El primer cuarto de hora de partido apenas mostró distancias entre uno y otro equipo, ya que ambos estuvieron centrados en controlar el balón y evitar que el contrincante dispusiera de opciones.
El encuentro despertó al cuarto de hora con una contra en la que el danés Pione Sisto se plantó ante Sergio Asenjo, pero el meta local desvió a córner su remate en la primera clara ocasión de gol de la tarde.
A partir de ese momento, el Villarreal se mostró más ofensivo, mientras que el Celta trató de acercarse a la meta del conjunto castellonense al contragolpe, lo que imprimió al choque un ritmo superior al de su comienzo.
El dominio correspondió al Villarreal, que tuvo más el balón, pudo jugar cerca de la meta del equipo gallego y vio como se le anulaba un gol a Gerard Moreno por un claro fuera de juego.
El Celta no renunciaba a tratar de sorprender a la contra y tuvo alguna aproximación a la portería del equipo de Javier Calleja, aunque sin crear excesivos problemas, excepto en una falta que Sergio Asenjo repelió con acierto.
Aunque el partido fue dinámico en la primera parte, estuvo falto de emoción porque ninguno de los dos equipos supo imponer su ley en las áreas.
El segundo tiempo dio comienzo con la misma tónica, pero pronto llegó el 0-1, al aprovechar Pione Sisto un pase de Denis Suárez en un contragolpe, aunque solo cinco minutos después el partido volvió a donde estaba al resolver Chukwueze un ataque por la izquierda e su equipo.
La reacción animó al Villarreal en su intención de dar la vuelta al marcador, lo que metió atrás al Celta, al tiempo que le dio la opción de salir al contragolpe ante un equipo local con las líneas adelantadas.
A partir de ese momento, las imprecisiones en ataque propiciaron la sensación de que el encuentro estaba abocado a una igualada insuficiente para las necesidades de unos y otros.
Sin embargo, en un balón parado, Iago Aspas, que apenas se había dejado ver hasta entonces, puso el 1-2 en el marcador a diez minutos del final, después de aprovechar en el segundo palo un despiste defensivo de la zaga local.
Un balón de Ontiveros al larguero (m.88) pudo haber propiciado un empate que habría reflejado mejor lo visto durante todo el encuentro, pero una contra en la jugada final del choque puso el 1-3 definitivo en el encuentro, tras un gran carrera de Aspas, que finalizó el internacional con clase, tras regatear a Asenjo.
CC