Jugar en Europa es el sueño de cientos de jugadores en México; en los últimos años, varios jugadores mexicanos pudieron vivir esa experiencia, pero para su infortunio y el del futbol mexicano, no lograron consolidarse, su aventura se diluyó como terrón de azúcar. Algunos de ellos pasaron sin dejar una huella que merezca ser recordada en los países que estuvieron.
Lo más preocupante es que muchos pertenecen a una generación joven, no alcanzan los 25 años; cuando están en pleno crecimiento y entrando en la madurez futbolística, la élite europea les avisa que no los vio como factores diferenciales.
De ida y vuelta
El futbolista bandera de la generación que no trascendió en Europa puede ser Diego Lainez, el mediocampista de Tigres. Nadie duda de la capacidad y el desequilibrio que Diego mostró desde su irrupción en el máximo circuito con el América cuando apenas tenía 16 años, fue campeón con las Águilas y a los 18 años emigró al Betis de España.
Diego tuvo buenos momentos, pero se fue apagando, la falta de confianza y de continuidad llevaron al Betis a cederlo al Braga de Portugal, tampoco trascendió y regresó a Tigres donde fue campeón el año pasado; aunque tiene edad para retornar, una segunda oportunidad no es cosa sencilla.
Otro caso es el de Gerardo Arteaga, el lateral izquierdo de Monterrey, emigró en el 2020 al Genk de Bélgica, tuvo un papel protagónico y actividad constante, pero no pudo dar el salto a una Liga de mayor relevancia, en algunas ocasiones señaló que echaba de menos a su familia, por esa razón se perdió los Juegos Olímpicos de Tokio. En el reciente mercado de fichajes, Rayados puso una gran oferta por sus servicios, a los 25 años luce complicado que vuelva a Europa.
Marcelo Flores es un caso distinto, el volante de Tigres ya se encontraba en Europa, en el Arsenal hizo todo su proceso formativo, tuvo algunos entrenamientos con el primer equipo de los Gunners, pero lo cedieron al Oviedo de la Segunda División de España, para que tuviera más actividad, pero se fue perdiendo; los Tigres lo anunciaron el semestre pasado como uno de sus fichajes. A los 20 años la puerta para volver no está cerrada, pero deberá brillar bastante en México.
Estrellas fugaces
Con Santiago Muñoz, delantero de 21 años de Santos Laguna, se hizo mucho ruido por su fichaje con el Newcastle, se pensó que era un símil de la película Goal, pero en la Segunda División de Inglaterra tuvo un paso fugaz, apenas 10 partidos y tomó el vuelo de regreso a La Comarca.
Hay otros casos de chicos que tenían buena pinta: Eugenio Pizzuto (21 años) se fue de Pachuca al Lille de Francia y luego al Braga B de Portugal, volvió a México con Tigres el año pasado. Santiago Naveda (22 años) destacó con Santiago Solari en América, pero después se fue apagando y tomó una oferta de Polonia con el Miedz, sin un paso destacado regresó al club que lo vio nacer después de un corto fogueo. Y Jordan Carrillo (22 años) fue a probar suerte con el Real Sporting de la Segunda División de España, donde jugó 26 partidos, pero también emprendió el viaje de vuelta.
Europa no deja de ser un sueño para todos los jugadores, por ahora el único jugador menor de 25 años que está en un plan ascendente es Santiago Giménez con el Feyenoord.