El ensayó terminó. Ahora, lo que sigue es la prueba definitiva: el Mundial Catar 2022. Sí, el sábado por la noche concluyó la Copa Árabe con el triunfo de Argelia por 2-0 sobre Túnez, cerrando esta fase de prueba y ahora el calendario fija su fecha para la próxima parada: el 21 de noviembre, día en el que comenzará la primera Copa del Mundo de Medio Oriente.
El sueño está por concretarse y el país asiático ha trabajado duro para no fallarle a nadie. En este torneo se inauguraron dos estadios más: el 974 y el Al Bayt, así que de los ocho que serán sede de juegos mundialistas, solo falta el Lusail que también ya se encuentra listo, pero le falta concluir con los trabajos en los alrededores.
El final y el inicio…
Avanza la tarde en la carretera. Kilómetros atrás han quedado los rascacielos y la cara cosmopolita de Doha; ahora, el desierto luce en el horizonte. Es el valle de Al-Khor, a unos 35 kilómetros del centro de la capital catarí, donde se levanta imponente el estadio Al Bayt.
Sí, siguiendo la tradición de los grupos nómadas de Catar y el Golfo Pérsico, Al Bayt es una gran tienda de campaña, con esa figura emblemática e inconfundible de los moradores del desierto. Lujoso por dentro y por fuera –con hasta un hotel incluido– no hay mejor simbolismo para terminar la Copa Árabe (después de una travesía de tres semanas) y comenzar la nueva aventura que será la Copa del Mundo. Sí, en este escenario Medio Oriente verá por primera vez rodar el balón dentro del torneo más importante del orbe.
El recinto es una joya que mantiene alejado el calor sofocante; al igual que los otros escenarios, acá la temperatura se regula, incluso, combinado con el invierno catarí, hasta se siente un aire helado en la tribuna. La Copa Árabe sirvió para medir la capacidad de estos estadios; si en Al-Thumama -durante las semifinales- el desalojo llegó a ser caótico, en Al Bayt nunca se sintieron las aglomeraciones que, en cualquier otra circunstancia, 60 mil aficionados pudieran provocar.
La carpa del desierto está lista. Aquí donde terminó el último ensayo, comenzará la verdadera prueba.
Una oportunidad histórica
En el estadio no se percibe ningún atisbo de rivalidad. Argelia y Túnez no eran los favoritos para llegar a la final de este torneo, pero lograron vencer los pronósticos. Y fueron los argelinos los que conquistaron este campeonato resucitado de última hora.
A las afueras solo se escuchan los gritos, silbidos y cánticos. Pareciera más un juego de muchos goles y no una final cerrada que no tuvo un tanto durante 90 minutos. Hasta el tiempo extra cayeron las dos anotaciones de Argelia. Antes que eso, el público se había llevado la noche, llenando el estadio y esfumando la idea de que en Medio Oriente no habrá la pasión necesaria.
Es justo esta región del planeta la que acaparará las miradas dentro de 11 meses. Sí, Medio Oriente, con todas las opiniones positivas y negativas que se ciernen sobre ella. La cultura árabe se abrirá al mundo a través del país que hoy está de moda, que luce más progresivo. Catar se ha alzado como la capital del deporte de la región: futbol, Fórmula 1 y campeonatos mundiales de natación, esas serán sus cartas. Pero la mirada va más allá, busca unos Juegos Olímpicos.
Además, es uno de los países árabes que se ha abierto poco a poco a las libertades de occidente. Platican los residentes de otros países, quienes integran la mayoría de la población hasta en un 80 por ciento, que la sociedad catarí ha hecho un gran esfuerzo por abrirse a gran escala, comenzando a nivelar los derechos de todos sus ciudadanos. Los que aquí viven muestran un orgullo nacionalista que chocaría con un estado netamente conservador. Quizá aquí, el león no es como lo pintan.
"El futbol es un medio muy poderoso, por el cual se construyen puentes. Me gustaría que el Mundial cambie la percepción que hay de Medio Oriente", dice Fatma Al Nuaimi, vocera del Comité Supremo; sí, ese es el gran legado al que aspira Catar con su Copa del Mundo.
Solo detalles y ya
Doha es una ciudad en obra. El centro y varias de las vialidades principales están en reconstrucción. Es el último punto que le queda a la capital de Catar por afinar; la planeación prevé que para el primer tercio del año este punto quede resuelto, al mismo tiempo que empezarán a instalarse los hoteles flotantes y las casas de desierto que se usarán para el hospedaje.
La organización no quiere dejar ningún punto sin atender y así como es importante garantizarle el hospedaje al 1.2 millones de fanáticos que asistirán, también lo es garantizarles la diversión sin quebrantar las reglas. Se buscará mejorar las fanzone, con ciertas libertades como el consumo de alcohol; de otras manifestaciones (como las muestras de cariño) ya no se ha dicho nada.
Catar ha entrado en la fase final. En 11 meses la historia se empezará a escribir en la "tienda de campaña" de Al Bayt. Aquí finalizó el ensayo y comenzará el verdadero reto.