Sábado 2 de mayo, pero de 2009, el Barcelona de Pep Guardiola cautiva al mundo por su estilo, se ha convertido en un equipo que llena la retina de cualquier espectador, en su primera temporada mantiene la aspiración de pelear por todos los títulos, pero ese día le toca la visita a un campo especial: el Santiago Bernabéu.
Era la primera vez que Guardiola visitaba la casa del Madrid como entrenador, lo había hecho como jugador en varias ocasiones, pero aquella era especial.
Y aquel día, Pep tuvo una innovación en su esquema que fue indescifrable y muchos años después se mantuvo: colocar a Lionel Messi como falso 9.
Guardiola mandó su esquema base 4-3-3, con Eto’o y Henry jugando de extremos y Leo en el centro del ataque, “a la espalda de los contenciones y delante de los centrales” fue la indicación de Pep para hacerlo indetectable y generar confusión en la defensa blanca.
El Madrid se puso por delante con un gol de Gonzalo Higuaín, gracias a un fuerte cabezazo (13’).
Era el momento para medir el calibre del Barca, y su respuesta fue contundente, Henry empató al 17’ a pase de Messi, que salió de la zona y proyectó al francés, el plan de Pep se ejecutaba a la perfección y faltaba más.
Vino entonces la presión alta, ese concepto que también se puso de moda con ese equipo. Xavi robó en la salida a Diarra, la bola le quedó a Messi que batió a Casillas (34’).
El primer tiempo acabó 1-3. En el segundo, el Madrid tocó arrebató, Ramos acercó al cuadro blanco con un cabezazo (55’). Pero la emoción duró poco, porque dos minutos después (57’), Xavi cazó a la defensa blanca adelantada y lanzó en profundidad a Henry que tocó ante la salida de Casillas.
Ya no hubo respuesta blanca, llegó quinto a través de Messi, quien se asoció con Xabi y marcó tras una finta a Casillas.
La gente del Madrid empezó a buscar la salida del estadio al minuto 75. La gente del Barcelona celebraba en una esquina en las alturas y el acabose llegó en el minuto 81 cuando Gerard Piqué, en plan delantero, logró el sexto gol.
Las caras de Casillas y Raúl, madridistas hasta el tuétano eran un poema al suplicio, el orgullo estaba maltrecho.
Once años después ni los culés olvidan aún ese partido y mucho menos los madridistas, unos como bandera de orgullo, otros como un estigma de dolor.
De aquellos 28 jugadores que disputaron aquel partido, aún hay cinco entre las dos plantillas. Lionel Messi, Gerard Piqué y Sergio Busquets por el Barcelona. Sergio Ramos y Marcelo por el Real Madrid.
FCM