Hoy el País Vasco es territorio de la Real Sociedad. Si, el conjunto blanquiazul cerró una semana perfecta en la que logró su boleto a la semifinal de la Copa del Rey, en la que eliminó al Real Madrid, y hoy dio cuenta del odiado rival -en lo deportivo- de la región, el Athletic de Bilbao, al que venció por 2-1.
La fiesta vasca se inclinó para los dionostarras que fueron mejores a los Leones, pero fue hasta el segundo tiempo, con la entrada de Isak, que impusieron sus condiciones.
Fiesta en San Sebastián
Faltan tres horas para el comienzo del partido -pactado a las 2 de la tarde, hora local- y San Sebastián ya es un fiesta multicolor. En el olvido han quedado esas jornadas de violencia en la que los grupos más radicales de cada equipo no podían encontrarse por las calles. Hoy eso ya no existe.
A cien metros del Reale Arena -el nombre comercial que ha sustituido al entrañable Anoeta- está la plaza Olaeta; ahí, las aficiones de ambos equipos conviven sin problema alguno, toman sus cervezas y departen sin que las pasiones se desborden y se transformen en cosas peores.
Es más, en algún momento la afición local -la del conjunto blanquiazul- decide marchar en caravana hacia el estadio y sin ningún problema algunos seguidores del Athletic se unen a la procesión.
No hay policía en las calles vecinas, solo en el perímetro del Reale Arena. Desde hace mucho tiempo este derbi dejó de preocuparse por cualquier incidente violento.
El partido
La gente no falló, los equipos sí, al menos en un primer tiempo que fue todo menos una oda al espectáculo, la especulación prevaleció. Desde la alineación ambos entrenadores demostraron que su cabeza no estaba en el compromiso de hoy, sino en el que vendrá en los próximos días en las semifinales de la Copa del Rey; por ejemplo, los dionostarras descansaron a Isak, el héroe de su triunfal noche en el Bernabéu, mientras los Leones también se reservaron a Aduriz y Munain.
Fue un primer tiempo cerrado, con apenas una llegada por equipo. En el segundo la Real arriesgó y mandó a Isak a la cancha. De inmediato se notó su presencia; primero tuvo una en la que fue pillado en fuera de lugar, luego asistió a Mikrl Oyarzabal que se pasó por unos centímetros del balón para mandarlo a las redes ; en la tercera hizo una buena jugada individual, con sombrero incluido, que mandó a un lado.
Para la cuarta ya no falló. Otra vez el balón le cayó a Isak por sector izquierdo y de nuevo asistió con criterio, ahora apareció Potu y no desaprovechó. 1-0 para los locales.
Parecía que la Real tenía el partido controlado; sin embargo, apareció el orgullo del Athletic. Al minuto 70, William -quien había ingresado de cambio- recibió una pelota al espacio, superó en velocidad al defensa y sacó un derechazo cruzado que venció a Remiro. 1-1 y el derbi vasco efervecía.
En los siguientes minutos el dominio fue dividido, aunque la Real mostraba más vehemencia por buscar el gol del triunfo. Fue así que al minuto 82 el cuadro local armó un gran jugada por sector derecho en la que llegó el centro raso al área en el que Portu observó de reojo la llegada de Isak, así que con un magistral taconazo le dejó la pelota servida; el delantero tiró y Unai Simón hizo la atajada del juego, pero para su mala suerte la pelota le cayó de nuevo a Isak quien no perdonó. 2-1 y el antiguo Anoeta explotó.
Ya en los instantes finales el Athletic empujó tratando de igualar el juego, pero no pudo, incluso, los donistarras estuvieron más cerca del tercero. Acabó el juego y la semana Al menos por hoy el País Vasco le pertenece a la Real Sociedad.