Recogepelotas, el héroe en el triunfo del Tottenham de José Mourinho

El chico reaccionó con audacia y rapidez para poner el balón en juego e iniciar la jugada del empate a dos momentáneo

José Mourinho saludando al recogepelotas (Reuters)
Ciudad de México /

El Tottenham logró remontar un 0-2 ante el Olympiacos para ganar el partido de la quinta fecha de la Champions League, sin embargo, los pupilos de José Mourinho no lo hubieran logrado sin el accionar audaz y rápido de uno de los recogepelotas de esa noche, quien dio inicio a la jugada que culminó con el empate a dos y a la postre, el triunfo londinense.

Su nombre es Callum Hynes y su rol este martes en el Tottenham Hotspur Stadium era ser recogepelotas de la banda en la que se ubican los banquillos de Tottenham y Olympiacos.

El equipo de Mourinho había comenzado horrible. Marchaba 0-2 abajo y una derrota supondría tener que viajar a Múnich, última parada de la fase de grupos, a jugarse la clasificación ante un equipo que en la ida les había clavado siete goles.

Todo el mundo esperaba que fuera una de las grandes estrellas de los Spurs quien recondujese las aguas, pero nadie coincidió en que un joven, agazapado en la grada, sería el héroe. La profesión de recogepelotas, como en el tenis, por ejemplo, no suele ser agradable. La gente solo se acuerda de ellos al final de los partidos para meter prisa si su equipo va perdiendo o para perderles de vista si van ganando.

Pocas veces es un cargo que otorgue la gloria. Hay que buscarla.

Y así lo hizo Hynes. Al poco de arrancar la primera parte, Lucas Moura peleó un balón, logrando rascar un saque de banda. Nuestro joven protagonista se dio cuenta de que si le devolvía el balón rápido a Serger Aurier, que pasaba por allí, se crearía una oportunidad de peligro. Y así fue.

Salió escopetado para dársela a Aurier, este se la mandó rápido a Moura, que ya corría la banda, y la pelota acabó empujada por Kane a las mallas. Fue el impulso de adrenalina que el Tottenham necesitó para acabar llevándose los tres puntos y la clasificación a octavos.

Por eso Mourinho, cuando su equipo empató, no buscó a jugadores o miembros del cuerpo técnico para celebrarlo. Se fue a la posición de los recogepelotas y estrechó la mano con el chaval.

"Me encantan los recogepelotas inteligentes. Este chico estuvo hoy brillante. Leyó el partido, entendió el juego y nos dio una importantísima asistencia. No estaba ahí solo para mirar a la grada, a la luces o a las bufandas. Estaba viviendo el juego", dijo el portugués.

Luego le invitó al vestuario, para celebrar la victoria como uno más, porque había sido uno más. Pero se había escabullido. Hynes ya no estaba, quizás porque a su corta edad aún no esté preparado para celebraciones.

Sí para convertirse en el héroe de un estadio y en la prolongación de una nueva corriente, ya no literaria ni novelesca, si no futbolística. La picaresca británica.

MGC

  • Agencia EFE
  • Agencia de noticias con 84 años de trayectoria

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