Edson Álvarez, titular en la victoria de último minuto del West Ham sobre Manchester United

Un penal sobre el final del partido le dio a los Hammers los tres puntos para poner en tela de juicio la continuidad de Ten Hag

Edson Álvarez, titular en victoria del West Ham a Manchester United (Reuters)
Ciudad de México /

Sin pegada en toda la primera parte, el Manchester United sucumbió en el segundo tiempo contra los cambios de Julen Lopetegui, la reacción del West Ham y un penalti discutible, que recompensó la reinvención del equipo londinense y castigó la irregularidad del equipo visitante, relegado a la decimocuarta posición (2-1).

Más cerca del descenso que de la primera plaza, el grupo dirigido por Erik Ten Hag no aprovechó su momento en el partido, mucho mejor en la primera mitad que su adversario, al que desbordó y destinó entonces a un ejercicio de supervivencia al borde del precipicio, sostenido por las paradas de Fabianski, pero, sobre todo, por la alarmante falta de efectividad del United, reflejado en Alejandro Garnacho o Dalot.

El lateral portugués erró una ocasión clarísima, entre la frustración de su equipo, cuando creó no sólo oportunidades suficientes para ganar al descanso, sino incluso para golear, pero se quedó a cero, con una superioridad evidente en el terreno de juego que no vale para nada si no la transformas en el resultado. No lo hizo el United... Y lo pagó después.

Porque el margen ofensivo que le dio el West Ham fue mucho más reducido después. No sólo eso, sino que el equipo londinense fue más allá, se adueñó del duelo y trasladó toda la acción de verdad al campo de los Diablos Rojos, que pasaron de su ataque del primer tiempo a su defensa del segundo, cada vez más al filo del gol en contra.

Un hecho en el minuto 74, cuando Crysencio Summerville batió a Onana en el segundo palo para decirle al United que necesitaba muchísimo más para salir con algún punto de allí.

Y ahí, de pronto, el equipo de Ten Hag reaccionó de nuevo, apareció con constancia sobre el área contraria y empató por medio de Casemiro, tras un toque de cabeza de Zirkzee, recién entrado al campo. El testarazo del brasileño, en el área pequeña, fue la respuesta: el 1-1.

La forma con la que se levantó del 1-0 y el ritmo al que jugó hasta entonces, invariablemente enfrentadas, dejan en mal lugar al Manchester United, que, aparte del primer tiempo, sólo demostró ambición cuando vio todo perdido, cuando la derrota por un gol en contra lo obligó a exponer y proponer mucho más. Empató... Y después perdió, con la polémica de un penalti dudoso de De Ligt sobre Danny Ings. Pudo haber una mano previa.

La desesperación de De Ligt, las dudas de Bruno Fernandes y los gestos de incredulidad en el bloque visitante expresaron la disconformidad con ese suceso dentro del área, ya en los instantes finales. Lo transformó perfecto Jarrod Bowen ya en el minuto 92 para la derrota del United, que también perdió a Mazraoui, dañado en la rodilla derecha en una pugna con un rival, a la espera de las pruebas médicas que determinen el alcance de su lesión.


RGS​

  • Agencia EFE
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