El seleccionador alemán Julian Nagelsmann hizo nueve cambios en la alineación inicial con respecto al equipo que había derrotado el sábado por 7-0 a Bosnia Herzegovina y sólo el capitán Joshua Kimmich y Robert Andrich repitieron titularidad.
Alemania tuvo un claro control del partido durante los primeros veinte minutos en los que el partido de jugo de manera permanente en la mitad húngara pero no tuvo prácticamente llegada si se exceptúa un remate inofensivo de Serge Gnabry en el minuto 12.
En esa fase Hungría sufrió ante la presión alta alemana y tuvo dificultades para salir de su propia mitad. Sin embargo, pasados veinte minutos los húngaros empezaron a meterse en el partido aprovechando pérdidas de balón alemanas.
Las dos mejores llegadas de la primera parte fueron de Hungría. La primera fue en el minuto 24, en una jugada que empezó con una pérdida de balón de Julian Brandt y terminó con un remate de Konrad Scháfer, parado por el meta Alexander Nübel.
Luego, el 39, Hungría volvió a llegar, esta vez de contragolpe, y al final Zoltan Nagy remató dentro del área pero a las manos de Nübel.
La tónica del partido era de dominio alemán en cuanto a posesión de pelota, pero Hungría parecía más cerca del gol.
La primera ocasión clara alemana vino en el minuto 50 en los pies de Robin Gosens que había entrado por Kimmich para la segunda parte.
En el 61 Nagelsmann quiso darle más posibilidades ofensivas con el ingreso de Kai Havertz, Florian Wirtz y Jamal Musiala. En el 63 Havertz, a centro de Gosens y en una jugada iniciada por Musiala, remató contra el poste.
Hungría volvió a estar cerca en un contragolpe en el 67 cuando Nübel reaccionó con una gran parada a un disparo de Varga.
En el 76, en un saque de esquina llegó el gol alemán. Felix Nmecha marcó desde corta distancia después de que Dibusz parara a medias un cabezazo de Nico Schlotterbeck.
En el 90 llegó el empate cuando Dominique Szoboszlai convirtió un penalti que se produjo por una mano de Robin Koch, sancionada por el árbitro central tras revisar las imágenes del VAR.
Para Alemania, más que los dos puntos perdidos en la última jugada del partido, duele la amarilla que vio Wirtz que hace que se pierda la ida en los cuartos de final.
MAOL