Preguntado sobre las dudas alrededor de las consecuencias contables para el Chelsea de las sanciones contra su propietario, el ruso Roman Abramóvich, el entrenador Thomas Tuchel bromeó el domingo afirmando que estaba dispuesto a "conducir un minibús" durante los desplazamientos del equipo si fuera necesario.
Entre las restricciones impuestas por el gobierno británico al club, que limitan en especial sus ingresos, figura igualmente un tope de 24 mil euros (26 mil 180 dólares) por partido para organizar los desplazamientos en los partidos como visitante.
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El club debe desplazarse el miércoles hasta Lille (Francia) en la vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones.
"Según las últimas informaciones que he recibido, tenemos un avión. Si no, iremos en tren, si no, iremos en autobús y si no, conduciré un minibús", respondió a una pregunta al respecto.
El alemán no quiso extenderse demasiado sobre la magnitud de las dificultades del club, por la gran incertidumbre y la rápida evolución de las informaciones.
"Solo podemos esperar día tras día, porque todo puede cambiar. El club está en venta, esperemos que ocurra. Por el momento avanzamos día a día, que es una buena manera de vivir la vida", estimó.
"Hay circunstancias sobre las cuales no tenemos ninguna influencia y eso nos da la libertad para concentrarnos únicamente en las que si podemos influenciar", añadió como reflexión.
Tuchel aseguró que no tiene "ninguna duda" sobre el hecho de quedarse en el club "hasta el final de la temporada". También recordó que si bien "la atención estaba centrada en el primer equipo, el Chelsea es mucho más que solo el primer equipo".
"Es un club enorme con una inmensa tradición y cientos de empleados, no solo jugadores, es importante que mostremos determinación para distraerlos un poco".
Tuchel nunca ha dejado pasar la ocasión para recordar que en esta situación, él es un "privilegiado".
"Hay mucha gente a la que veo cada día que están preocupados. Han trabajado décadas pero no son famosos y están preocupados por el futuro", señaló.
"Vemos lo que esto significa para esa gente, incluso si solo son 90 minutos. Como durante el covid, jugamos para dar a esa gente felicidad y distracción".
SFRM