Desde hace muchos años, el futbol inglés se jacta de ser el más poderoso del orbe debido a la gran cantidad de capitales que ingresan en ella cada temporada y la repartición equitativa de estos en las últimas temporadas.
Con ello, la otra gran causal del actual auge que vive el balompié británico ha tenido sus cimientos en la apuesta que varios de sus clubes han hecho sobre las fuerzas básicas, desde el 2014.
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Ejemplos claros de ello son el Tottenham y Liverpool, los actuales finalistas de la Champions League. Si nos centramos en la lista de la selección de inglesa para el Mundial de Rusia 2018, los Spurs fueron la columna vertebral de la escuadra, aportando cinco jugadores.
Danny Rose, Kieran Trippier, Dele Alli, Eric Dier y Harry Kane. Por su parte, el Liverpool aportó a elementos como Trent Alexander-Arnold y Jordan Henderson.
Todos ellos, jugadores influenciados por la nueva forma de hacer y entender el futbol en Inglaterra. Creatividad, potencia física, elaboración, juego de toque y verticalidad, dejando atrás la vieja máxime británica (pelotazos, centros y potencia física en el área).
Y, por supuesto, esto no se límite sólo a la selección mayor. En los últimos dos años, Inglaterra ha confirmado el gran auge de sus categorías inferiores con la obtención de títulos en Mundiales Sub 17 y Sub 20, además de los Europeos Sub 19 y campeonatos del certamen de Esperanzas de Toulón.
Entre estos combinados destacan elementos como Kyle Walker-Peters, Joshua Onomah, Timothy Eyoma, Tashan Oakley-Boothe, Alfie Whitheman y Marcus Edwards todos prospectos del Tottenham.
Por el Liverpool están Ovie Ejaria, Sheyi Ojo, Rhian Brewster, sólo por nombrar algunos.
ZZM