La próxima Supercopa de Europa no se disputará en Rusia luego que la UEFA le quitó el miércoles la sede debido a la guerra que mantiene en Ucrania.
La ciudad de Kazán, que albergó partidos de la Copa del Mundo de 2018, iba a recibir el torneo que levanta el telón de la temporada europea y que enfrenta a los campeones de la Liga de Campeones y la Liga Europa.
El partido se escenificará en Atenas en el Estadio Georgios Karaiskakis, sede del Olympiakos, el 16 de agosto, según anunció la UEFA tras una reunión de su comité ejecutivo.
La UEFA no le había sacado la sede de la Supercopa a Rusia, pese a que decidió trasladar la final de la Champions League 2022, prevista en San Petersburgo, pocos días después de la invasión rusa a Ucrania en febrero.
Los equipos rusos han estado marginados de las competiciones de la UEFA y la FIFA desde el 28 de febrero. El Comité Olímpico Internacional también ha recomendado a las federaciones deportivas que no permitan a Rusia ser sede de competencias.
Rusia condena la decisión de la UEFA
La Unión de Futbol de Rusia (UFR) condenó hoy la decisión de la UEFA de trasladar la Supercopa europea de la ciudad rusa de Kazán a Atenas.
"La decisión de trasladar la Supercopa de Kazán en el marco de la exclusión de nuestros clubes y selecciones de las competiciones internacionales era esperada y no tiene nada que ver con el deporte", comentó la UFR al diario Sport-Express.
La UFR subraya que la capital tártara tiene una "enorme experiencia" en la celebración de torneos internacionales al más alto nivel, incluido "desde el punto de vista de la seguridad".
"En estos momentos estamos centrando nuestros esfuerzos en el retorno del futbol ruso al sistema de competiciones internacionales", añadió.
ZZM