Zlatan Ibrahimovic es una de las personalidades más controvertidas del deporte, quien se ha hecho un nombre en el mundo del futbol gracias no solamente gracias a sus conocidas declaraciones polémicas, sino también a sus cualidades dentro de la cancha que han disfrutado muchos aficionados.
Sin embargo, la vida del sueco pudo haber tomado otro camino pues el futbol no era el único deporte que practicaba incursionando en artes marciales y boxeo, profesión de su tío Sabahudim, quien era pugilista en Yugoslavia.
Sefik Ibrahimovic, padre del hoy futbolista del AC Milan, lo instó a dejar el futbol y elegir el pugilismo como su carrera profesional, cosa que pudo haber pasado gracias al vínculo de Zlatan con los deportes de contacto, en especial con el taekwondo.
Zlatan no encontró vocación en el pugilismo pese a su gusto por este tipo de deportes y, pese a la insistencia de su padre, optó por alternar entre el futbol y el taekwondo, este último -según admitió- fue “su primer amor” en los deportes.
Aún con su amor por las artes marciales, Ibrahimovic jugó futbol desde muy pequeño y esto lo llevó a debutar profesionalmente con el Malmö en 1999 para posteriormente firmar una carrera sumamente exitosa y de uno de los mejores jugadores de la historia.
Zlatan pudo haberse dedicado al 100 por ciento al boxeo o también al taekwondo pero, afortunadamente, se decantó por el balompié en el que hemos podido disfrutar de sus goles, títulos y grandes actuaciones alrededor del mundo.
Quizás la herencia que le dejó el boxeo es esa agresividad que le vemos en los partidos, mientas que lo que aprendió del taekwondo le ha permitido marcar goles espectaculares en los que levanta sus piernas más de lo normal.
Zlatan Ibrahimovic ha ganado 32 trofeos a lo largo de su carrera futbolística y ha marcado más de 500 goles. Para fortuna de quienes aman el futbol, el sueco no eligió el boxeo.
SFRM