Dos minutos, dos momentos de lucidez y un soberbio ejercicio defensivo le bastaron al América Femenil para llevarse el Clásico Nacional. Las Águilas fueron un bloque sólido que supieron contener a un equipo de buenas prestaciones como lo es Chivas. Un 2-1 que refuerza al equipo de Leo Cuéllar de cara a la Liguilla.
América puso de manifiesto que es un equipo que ha aprendido a sufrir, le costó a las Águilas el inicio del juego ante Chivas, porque las rojiblancas lucían bien estructuradas, con un plan más claro que las americanistas a las que les hacía falta balón para intentar de inquietar.
El conjunto de Édgar Mejía iba una y otra vez en busca del arco de Renata Masciarelli, aprovechaban la falta de brújula en la Águilas, pero no tuvieron contundencia, primero Masciarelli le robó a Joseline Montoya la posibilidad de hacer daño en una pelota filtrada y la misma tapatía no logró rematar el rebote.
Cuando parecía que Chivas estaría más cerca del gol, vinieron dos momentos que cambiaron el partido. Primero, al minuto 26, una pelota para Daniela Espinosa llevó a la delantera del América a pisar el área, donde fue derribada por Michelle González. Penal que la misma Daniela cobró y engañó a la Blanca Félix para adelantar a las Águilas.
El estado anímico cambió de bando, las tapatías no se habían repuesto del primer gol, cuando vino otro error que las desmoralizó un poco más. Trató Chivas de salir con la pelota jugada desde el fondo, algo que tienen bien mecanizado, pero cuando retrasaron para Blanca Félix, la portera no golpeó la pelota de buena forma y se la regaló a Daniela, la delantera azulcrema de deshizo de ella con un buen drible y la mandó al fondo al 28’.
En un santiamén América puso contra las cuerdas a Chivas, le tocaba a las rojiblancas asumir riesgos, el asunto es que las Águilas dieron un paso al frente, tuvieron más la pelota y mostraron personalidad a nivel defensivo.
Incluso se vio más cerca el tercero que el descuento de Chivas; Mónica Rodríguez entró por como cuchillo en el área, pero cantó mucho su servicio y, ahora sí, Blanca cortó el balón. No lograron recuperarse de los dos goles las tapatías y se fueron al descanso con un gran desconcierto.
En el complemento, Chivas no dejó de insistir, pero América se plantó con mucha seguridad, cerró espacios y no huyó al juego ríspido, además de que Masciarelli no perdió el temple en cada pelota que llegaba a su área.
Estaba cantado el guion, Guadalajara no iba a claudicar en su intento de lograr el descuento y América no se iba a salir de su plan de hacerse fuertes como bloque defensivo, a la espera de cazar a las tapatías en algún desprendimiento.
Eva González, Casandra Cuevas, Marlyn Campa, Montse Hernández y Jana Gutiérrez fueron un soporte para la línea defensiva, ninguna dejó de pelear, asumieron y entendieron la importancia del partido.
La ansiedad se hacía más grande en Chivas. El temple era de América, no asumió ningún riesgo y sobrellevó el partido. Aunque un gol de tiro libre de María Sánchez logró doblar a Masciarelli. Quedaba tiempo y Guadalajara se iba a lanzar con todo, pero las Águilas no dejaron otro resquicio y terminaron llevándose un triunfo con mucho valor moral.
FCM