América aplasta a Tigres en el Estadio Azteca

América se impuso a Tigres en regreso de la Liga, las Águilas siguen en la parte alta de la tabla gracias a la eficacia que tuvo en momentos puntuales

América venció a Tigres en el Estadio Azteca (Imago7)
América venció a Tigres en el Estadio Azteca (Imago7)
Higinio Robles
Ciudad de México /

Cuando América y Tigres se ponen frente a frente, lo menos que se espera es que ambos presuman ese poderío con el que cuentan a nivel ofensivo. Era lo que se deseaba en el partido de anoche, pero lejos de ser un choque de dos trasatlánticos, fue una disputa de dos escuadras a las que les faltó atrevimiento. Una batalla que fue más disputada para el 3-0 que dicta la pizarra. Un triunfo cocinado a fuego lento por los de Coapa que tuvieron en sus centrales: Bruno Valdez y Emanuel Aguilera a dos elementos punzantes, y que terminó de firmar Nicolás Benedetti.

Fue América el que sorprendió en el arranque, encontró pronto un resquicio en la zaga de Tigres que pudo capitalizar y lo hizo gracias al sentido ofensivo que acompaña a Bruno Valdez, ese defensa que en la pelota parada desempolva el traje de atacante.

Un centro a segundo poste de Renato Ibarra fue recentrado por Guido Rodríguez, Bruno ganó la posición y cabeceó al travesaño; el larguero escupió el remate del paraguayo, pero éste no perdió de vista la bola y fue a cazarla, volvió a ganar la pelota incluso a Castillo que aparecía por esa zona. El remate con la zurda de Bruno llegó antes que la derecha del chileno. Luego apareció el VAR para validarlo, porque el juez de línea lo había anulado por fuera de juego, pero no hubo tal.

Fueron pocos los minutos en los que América lució mejor; Tigres pasó a lo que mejor hace: tener la posesión de la pelota y darle una lluvia de toques. No se estresó el conjunto de Ricardo Ferretti que masticaba el juego, pero no era profundo.

En una de esas largas posesiones vino la mejor ocasión para Tigres, un centro de Aquino que fue cabeceado por Valencia, pero el ecuatoriano no le dio dirección de gol. Luego el mismo Javier probó de media distancia, pero Marchesín evitó el daño.

América no olía la pelota, le duraba muy poco en los pies, apenas daba unos pasos al frente y se veía obligado a recular, porque ya la había perdido. Las Águilas solo lograban agitarse en los arrebatos de Renato Ibarra, el ecuatoriano trataba de romper por la derecha, pero le faltaba esa cuota de eficacia en la última zona; aunque en una acción encontró a Mateus, quien chutó de fuera del área, pero Nahuel le desvió su tiro.

El Piojo pedía que su equipo adelantara líneas, que saliera del fondo. Vino la fase en la que el juego se centralizó, América tuvo un respiro y olió un poco más el balón, pero sin tener la capacidad para hacerlo llegar a Nicolás Castillo, el chileno gravitó poco, porque no encontró una pelota a modo. Muchos fallos de ambos a la hora de querer profundizar, no había un jugador que agitara a su respectivo equipo. Aunque Tigres tenía más la bola, no tuvo la chispa para encontrar un hueco. Y en América, Mateus, que parecía ser el acompañante del centro delantero, vivió más tiempo con los mediocampistas.

En el segundo tiempo, hubo pocas variaciones, pero América tuvo que mover piezas porque Castillo se fue lesionado al 50’. Tigres seguía a lo suyo, a tener la bola, pero sin encontrar la ruta del gol. Las Águilas pasaron a jugar a la contra, tenía elementos para ser más desequilibrante, pero defendían en campo propio, aguardando por una acción individual con la que pudiera sorprender.

Lo amarró América al 68’, gracias a una viveza de Emanuel Aguilera en el cobro de un tiro libre en la frontal del área, la barrera de Tigres saltó cuando el argentino lanzó rasa. Nahuel se quedó parado mirando como habían pillado a su zaga de manera inocente. Y en los instantes finales, Benedetti cerró la noche con su primer gol en la Liga, tras una buena combinación con Henry Martín.

Aciertos en momentos puntuales le dieron a América una victoria capital, un golpe sobre la mesa que lo mantiene en la zona de Liguilla, con eso fue suficiente para ganar un partido del que se esperaba mucho, muchísimo más, pero en esta ocasión, el fin justificó los medios para los de Coapa.

OMCS

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